El Vía Crucis es contemplar a Jesús que ha muerto por la humanidad, es un ejemplo de aceptación y de ser obediente a la voluntad de Dios, explicó el obispo José Fortunato Álvarez Valdés. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Esta mañana, se realizó la edición número 34 del Vía Crucis de la Diócesis de Gómez Palacio, dedicado a ofrecer el sacrificio de Jesús para pedir por la paz mundial, con la asistencia de unos tres mil feligreses.
Un grupo de jóvenes de hace años y nuevas generaciones participan en este día importante para los católicos, que es el evento de la salvación de la humanidad por Jesús.
El Vía Crucis es contemplar a Jesús que ha muerto por la humanidad, es un ejemplo de aceptación y de ser obediente a la voluntad de Dios, explicó el obispo José Fortunato Álvarez Valdés.
"El camino del cristiano es un vamino de cruz, hay que sufrir, esforzarse, luchar y comprometerse socialmente, es un camino cuesta arriba y nadie la tiene fácil en la vida; tenemos que comprometernos y cargar cada quien sus cruces", destacó.
Se pidió por la paz debido a los ataques a cristianos y todas aquellas personas que son víctimas del terrorismo, atentando contra la paz de la humanidad "y en México, la situación de violencia no se queda atrás y se ora por recuperar la tranquilidad", agregó monseñor.
En esta ocasión se contó con más espectadores que el año anterior y la respuesta de los católicos en estas festividades de Semana Santa ha sido favorable.
La participación de la gente con la diócesis ha sido activa y con gran fervor flreligioso en esta y el resto de las actividades.
