Marcelo Larondo (c) de River Plate celebra después de anotar ante Guaraní, durante el partido de ida de la fase de octavos de la Copa Libertadores, disputado en el Estadio Defensores del Chaco de Asunción. (EFE)
River Plate dio ayer un paso de gigante en su eliminatoria de octavos de final de la Copa Libertadores contra el paraguayo Guaraní, tras vencerle por 0-2 en Asunción.
El gol a los 37 minutos de la primera mitad de Darío Scocco en un saque de falta y el posterior de Marcelo Larrondo de cabeza en el minuto 88 dieron fe de la superioridad del conjunto argentino.
River salió decidido a conseguir rápido un gol y sorprendió al Guaraní con la continuación de acometidas sobre el arco del guardameta Alfredo Aguilar.
Cuando el Aborigen se estaba empezando a sacar de encima la presión de los argentinos y ya pisaba terreno rival, una falta en el minuto 37 a favor de 'Millonario' al borde del área aurinegra cobrada por Scocco se convirtió en el primer tanto del partido tras rebotar en la barrera y cambiar de trayectoria.
Y al instante, la mitad de la iluminación del estadio asunceño Defensores del Chaco se apagó y el arbitro uruguayo Andrés Cunha decidió determinar la suspensión momentánea del encuentro, que se reanudó 15 minutos después.
La reanudación continuó con la misma tónica que cerró la primera mitad, con un Guaraní incapaz de desarrollar su característico fútbol de toque y con el conjunto argentino dominando las acciones de ataque del partido que solían ser a la contra.
El centro del campo se volvió terreno inhóspito para el balón y la dinámica se tornó en imprecisiones y faltas durante gran parte de la segunda mitad.
Hasta que en el minuto 88 Larrondo cabeceó sin ninguna oposición a la red una falta cobrada desde el lado contrario y puso el definitivo 0-2 a favor de River.
Guaraní pareció echar demasiado de menos al media punta Néstor Camacho, quien fichó la semana pasada por el Olimpia y dejó una ausencia notable en la delantera del Aborigen.
Con esta victoria a domicilio River Plate se aseguró una ventaja importante para el partido de vuelta en Buenos Aires, que determinará el equipo que pasará a los cuartos de final.
SE IMPONE EL GREMIO
Gremio brasileño venció ayer a domicilio al Godoy Cruz argentino por 0-1 con un gol anotado por Ramiro a los 44 segundos de iniciado el partido de ida de los octavos de final.
El de Ramiro se convirtió en el tanto de visitante más rápido en una la fase de eliminatorias en la historia del torneo continental de fútbol.
Ramiro empujó la pelota al gol tras un centro atrás de Pedro Rocha, que desbordó por la izquierda del ataque luego de un saque largo del portero que cabeceó el ariete Lucas Barrios.
Gremio, campeón de la Libertadores en 1983 y 1995, impuso su jerarquía y superó sin mayores complicaciones a Godoy Cruz, que juega por primera vez unos octavos de final.
Con el paso de los minutos el nerviosismo se apoderó de los jugadores del bando argentino, que apelaron al juego brusco para intentar detener a la visita.
Gremio estuvo cerca de ampliar el marcador cuando un lanzamiento de falta de Edílson impactó en el travesaño.
Sobre el final del primer tiempo, el portero Marcelo Grohe fue atendido varios minutos tras chocar con un delantero rival.