Un importante satélite de comunicaciones, en órbita geoestacionaria a 36 mil kilómetros sobre Estados Unidos y México, parece haberse fragmentado, lo que ha generado nuevas preocupaciones sobre los peligros de los desechos espaciales. Al menos dos objetos separados han sido observados en las inmediaciones del satélite AMC-9, confirmó la SES, la compañía europea operadora del satélite, la cual añadió que su fuente aún tiene que ser determinada. "Todos los operadores y agencias pertinentes están siendo informados y recibirán actualizaciones periódicas de SES", precisó la compañía.