El rock contestatario y la nostalgia invadieron el Coliseo Centenario con las canciones de Caifanes. Hace 30 años nacieron sus primeros éxitos, pero no han envejecido para los aliados (como el vocalista Saúl Hernández llama a sus seguidores). Nuevos fans, muchos menores de edad, se han rendido al culto de la banda más emblemática y exitosa del rock mexicano.
El ritual inició a las 10:15 de la noche con Los dioses ocultos y Viento. Saúl dio la bienvenida a la ceremonia y agradeció la asistencia: "El aplauso es para ustedes", repitió en diversas ocasiones a lo largo del concierto.
"A la vida no le tengas miedo, tenle coraje", así Saúl presentó Miedo. Luego llegaron Te estoy mirando, La vida no es eterna y Tortuga.
Saúl, Alfonso André, Diego Herrera, Rodrigo Baills y Marco Rentería, quien suplió en el bajo a Sabo Romo, que se encontraba en Tuxtla Gutiérrez en una presentación del Rock en tu Idioma Sinfónico, mostraron que el talento y la pasión por la música los mantiene en el gusto del público.
"Nunca nadie nos podrá parar, sólo muertos nos podrán callar", canta Saúl en Amanece, lo cual se constata en los conciertos, donde la banda lanza mensajes a favor de diversas causas sociales.
Con Antes que nos olviden, Saúl recordó la lucha por el respeto de los Derechos Humanos y a las víctimas de feminicidios. Llamó a la responsabilidad que cada individuo tiene con la sociedad.
Nubes, Cuéntame tu vida, Mátenme porque me muero, Detrás de ti, fueron de las más coreadas por los 4 mil 211 asistentes (cifra oficial de los organizadores) al concierto que celebra las tres décadas de vida de la banda.
El recital representa un viaje por las canciones clásicas de sus cuatro producciones discográficas. El público, que abarca adultos y adolescentes, se entrega a la experiencia de escuchar en vivo los temas con los que durante años ha vibrado. El nuevo material, en el que trabajan desde hace dos años, parece innecesario para satisfacer a los aliados.
Sombras en tiempos perdidos fue una de las canciones solicitadas por los fans antes del concierto, explicó el vocalista. Tocaron Aviéntame, Perdí mi ojo de venado y Aquí no es así, con la que salieron del escenario. Unos minutos después, Diego interpretó el Himno Nacional con su sax. Regresó la banda y se hizo un Silencio en recuerdo a las víctimas del sismo del pasado 19 de septiembre.
Atrás quedaron los egos, una de las razones por las que la banda se separó en 1995. Se nota que a sus cincuenta y tantos años disfrutan del escenario y que la energía de su público los alimenta.
Luego de un poco más de dos horas, se oyeron Te lo pido por favor (de Juan Gabriel), No dejes qué y La célula que explota. Al final del ritual, el Coliseo Centenario se volvió una pista de baile y hasta el más roquero presumió sus mejores pasos de cumbia con La negra tomasa.
Detalles
Laguneros vibraron con el concierto:
- Saúl saludó al exportero de Santos, Oswaldo Sánchez, que estaba en el público.
- Caifanes dedicó Ayer me dijo un ave a los aliados más jóvenes.
- Saúl pidió al público que lo ayudara a enviar una felicitación de cumpleaños a su hija Zoey.
- Realizaron un homenaje a David Bowie con la canción Héroes.
'Caifanes nunca pasará de moda'
"Caifanes nunca pasará de moda, su legado es grande", dijo el gomezpalatino Juan Omar Torres de 40 años.
Juan es seguidor de la banda y anoche acudió al Coliseo Centenario. Al igual que Torres, se dieron cita miles de fans de hueso colorado, entre ellos Jesús Mendoza Hernández y José Carlos Monsiváis, de 12 y 18 años, respectivamente.
Jesús anhelaba que llegara el 18 de noviembre para ver tocar a sus ídolos Saú, Diego y Alfonso. El chico no sólo presenció su propuesta en vivo, también logró tomarse foto con los músicos antes del espectáculo.
"La música de Caifanes ha traspasado fronteras y edades. Conozco su música desde que iniciaron con Las Insólitas Imágenes de Aurora, luego con el concepto de Jaguares y ahora que se reencontraron de nuevo como Caifanes", dijo Mendoza Hernández a El Siglo de Torreón. A José Carlos le nació el gusto por el rock cuando cumplió los 13. Contó que poco a poco se fue involucrando en el género.
"Desde que empecé a escuchar rock desarrollé un gusto especial por las letras de las rolas. Recuerdo que un día íbamos en el carro de mi papá y él traía un mix de Rock en tu idioma junto con otras canciones; esa vez, recuerdo que la canción que sonó a medio trayecto de regreso a casa fue la de Viento y creo que al igual que como cualquiera que la escucha quedé atrapado en el primer y peculiar verso: 'Préstame tu peine y peiname el alma'", contó emocionado.
Monsiváis agregó que sabía de la existencia de Caifanes, sin embargo, no le había puesto atención a la música de la banda hasta ese instante.
"Cuando llegué a casa le conté a mi madre de la frase que me tenía destanteado y ella me contó la historia detras de ella; volví a escuchar la canción y entonces me di cuenta que estaba frente a algo más mítico y poco convencional", expresó. El joven de igual manera tuvo la oportunidad de fotografiarse junto a los rockeros.
La agrupación se presentó anoche en el Coliseo, deleitando a más de cuatro mil laguneros. (EL SIGLO DE TORREÓN/ERICK SOTOMAYOR)
