Jaime Muñoz Vargas, amigo de quien fuera nombrado como cronista vitalicio de esta ciudad, editó también gran parte de los títulos individuales de Corona. (EL SIGLO DE TORREÓN)
“El doctor Sergio Corona Páez quería que sus libros fueran leídos por todos los laguneros para que sintiéramos orgullo de la tierra en la que nacimos” dice Jaime Muñoz Vargas, coordinador de difusión editorial de la Universidad Iberoamericana de Torreón.
Muñoz Vargas, amigo de quien fuera nombrado como cronista vitalicio de esta ciudad fallecido esta mañana, editó también gran parte de los títulos individuales de Corona, que suman más de 20.
“Tuve el privilegio de editar sus libros (…) el doctor Corona Páez fue el estudioso más agudo, más tenaz, más responsable, para vincularnos con el pasado de nuestra región de una manera más estrecha”.
Sus obras iban destinadas a crear una noción de identidad, de pertenencia a esta región que se gestó mucho antes del siglo XIX y que el doctor Corona lo comprobó con sus investigaciones.
El coordinador lo define como un hombre responsable, educado, respetuoso, ordenado, sensible, cordial, un enemigo radical de todo acto de violencia, acoso, agresión, con un sentido de justicia y al que le horrorizaba el maltrato animal.
“Le indignaba que nuestro país fuera un país rico con un pasado lleno de logros, gestas importantes y sin embargo fuera al mismo tiempo un país injusto que no le daba las mismas oportunidades a todos los mexicanos para desarrollarse, para alcanzar su mejor condición, es una de las mejores personas que he conocido en mi vida”.
Dice que según lo que le compartió el cronista en vida, desde muy chico, antes de cumplir los 10 años de edad sabía cuál era su camino.
“Su destino era sumergirse en el pasado y con el paso de tiempo fue precisando ese interés y relacionándolo con la Comarca Lagunera, era un conocedor del pasado del mundo, del pasado de México, pero especializado en el pasado de nuestra región”.
El coordinador de difusión editorial dice que Corona nunca creyó que tuviera la verdad total, sino que planteaba las cosas a modo de hipótesis y buscaba comprobarlas de la manera más documentada posible.
“No se sentía propietario de ninguna verdad, dueño absoluto de una franja espacial y temporal del pasado, sino que de manera muy generosa sabía como todo buen científico social que él había hecho algunos aportes que podían ser complementados mejorados, rebatidos en el futuro, su obra es un punto de partido, no es un punto de llegada”.
El cuerpo será velado en la funeraria Serna, ubicada en la avenida Juárez a partir de las 6 de la tarde de hoy. Mañana se oficiara una misa de cuerpo presente a la 1 de la tarde.
