Siglo Nuevo

Simón Fujiwara

La condición humana como discurso

Tokyo Opera City, 2016. Foto: Galería Andrea Rosen

Tokyo Opera City, 2016. Foto: Galería Andrea Rosen

YOHAN URIBE JIMÉNEZ

Para Simón Fujiwara, la condición humana no se puede apartar de las reflexiones del arte. Con una de sus más recientes obras, Fabulous beasts, el artista británico se hizo acreedor al Premio Colección 1800 de la edición 2015 de la Feria Mexicana de Arte Contemporáneo Zona Maco.

Fujiwara ha tratado, por todos los medios, de realizar una acuarela del siglo XXI. Para ello ha buscado trasgredir las fronteras no sólo del discurso sino de la técnica. Transita con toda comodidad por las formas tradicionales de la pintura, toma de la fotografía su contundencia o igual inserta en las plataformas digitales contenidos que invitan a reconceptualizar los objetos más cotidianos.

A sus 35 años de edad, el artista británico ha decidido, en gran parte de su obra, entregar sucesos personalísimos: protagoniza algunas de sus series y en parte de su trabajo audiovisual la columna vertebral de la narración es su propia experiencia vital.

Un tópico frecuente en él es la crítica a un mundo tan globalizado como 'corporatizado', que intenta por todos los medios convertir al individuo en un número de producción. La 'corporatización' es entendida como la creación de compañías que compiten entre sí, pero responden a un mismo propietario. Se ha utilizado para crear culturas e ideologías favorables al mercado.

En sus instalaciones, el artista londinense incluye música, literatura, arquitectura. También están presentes temas como la historia, su impacto en la memoria y la identidad del individuo; sus montajes por lo general son acompañados de conferencias e interacciones con el público.

Arquitecto de formación, graduado de Cambridge, y egresado de la escuela de Bellas Artes de Städelschule, Alemania; Fujiwara rememora en algunos de sus trabajos la infancia en la que fatigó las rutas entre Asia, Europa y África.

El año pasado, durante una entrevista, el artista hizo referencia a la necesidad de elaborar un discurso de ficción a partir de la propia remembranza y sus protagonistas.

“El individuo se está convirtiendo en una exención más de las corporaciones, tenemos la necesidad de revisar la historia y reflexionar desde la ficción sobre otras posibilidades, sobre un humanismo que es nuestra obligación buscar y reinventar. La política, los derechos humanos, la ecología, parecen conceptos en decadencia, pero es por que los 'distractores' que nos han puesto han logrado que nos apartemos de sus formas básicas”.

SU PASO POR MÉXICO

Fujiwara llegó a México de la mano de la plataforma de arte contemporáneo Proyectos Monclova. Ha presentado dos exposiciones en la capital azteca con está importante galería, Peoples of the evening land, y Fabulous beasts. En la primera muestra presentó una obra centrada en cuatro ejes curatoriales y narró, de manera abstracta, la transformación de la escala de valores en la sociedad actual, con cierto énfasis en el concepto de felicidad, cuestionando discursos políticos y ecológicos en los contradictorios estilos de vida de la posmodernidad.

De un sistema 'corporatizado' donde la mercancía es la moneda de cambio, el británico extrae elementos como abrigos de piel o botes de basura, los aparta del contexto de su vocación original e invita al público a renombrar las etiquetas ideológicas con las que conocemos cotidianamente estos productos.

De igual forma, en Fabulous beasts, obra con la que obtuvo el Premio Colección 1800 de Zona Maco, exhibe un cuadro abstracto elaborado a partir de una serie de abrigos fabricados entre los años cincuenta y el 2000 que el propio Fujiwara compró en Berlín, ciudad donde actualmente radica y trabaja. Tras retirar el pelaje, el artista desnuda no sólo las marcas de la industria, los rastros de tinta, sellos y parches necesarios en el proceso de diseño, sino las huellas del sufrimiento padecido por los animales de los que proviene este tipo de prendas.

Un lienzo que sigue como ruta las propias costuras de las pieles, una obra que trata de generar un mapa de reflexión sobre un objeto que satisface a una clase social en particular a costa del asesinato y devastación de seres vivos.

UN DISCURSO RELEVANTE

En 2006, cuando empezaba a escalar su presencia internacional, Simón Fujiwara presentó en España una llamativa creación que además de variedad, dejaba presente un discurso delirante, Welcome to the hotel Munber. La composición está basada en el bar del hotel que su familia tenía en ese país en los años 70, cuando el fascismo de Franco estaba en decadencia. Uno de los ejes abordados en la instalación fue la censura a la pornografía y la homosexualidad por parte del régimen.

Con una serie de elementos como objetos comunes, documentos, juguetes, obra plástica e incluso un montaje escénico, el británico ofrecía una reconstrucción histórica del espacio, presentándolo como lugar de aventuras ilegales para el fascismo. Además, su propio padre es el protagonista de una historia política en la que la sexualidad jugó un papel determinante al momento de suprimir libertades. De los recuerdos, extrae un mensaje que lo pone no sólo como autor de la obra, sino como participante de la misma. Una lectura es que, desde la ficción, es posible reescribir un capítulo de la propia vida.

En otra de sus obras, donde aborda la multiculturalidad de su hogar, su padre, Bernard, quien nació en Hong Kong debido al trabajo de los abuelos, se convierte de nuevo en protagonista del trabajo. En este caso, el hijo recurre a la cerámica oriental como un lazo que conecta dos mundos y la historia familiar. La alfarería es presentada a través de un video titulado “El padre de la cerámica británica”.

Un actor interpreta a Bernard en una escena donde los dos personajes elaboran un tradicional juego de té oriental pero al estilo del papá; el punto es llamar la atención sobre la identidad como una construcción ficticia. Al final del, video cuando se destruye el conjunto de frágiles piezas, Fujiwara propone la liberación del padre biológico y artístico del hijo creador.

PROTAGONISTAS DISTINGUIDOS

El trabajo de Simón Fujiwara ha alcanzado espacios relevantes para el arte contemporáneo. En 2014 expuso en el Centro de Artes Visuales Carpenter, de la universidad de Harvard. Esto fue especialmente significativo para el artista ya que es un inmueble ideado en los años 60 por Le Corbusier, arquitecto al que ha hecho varias referencias. En 2013 presentó una retrospectiva de su trabajo en el museo de Arte Moderno de Dublín, Irlanda.

En 2012 llegó por primera vez a la galería de arte Tate St Ives, de Cornwall, Inglaterra. Un año atrás había llevado su trabajo a la galería de arte contemporáneo The Power Plant, ubicada en Toronto, Canadá. Espacios de prestigio internacional como el Mori Art Museum, de Tokio, y el Trondheim Kunstmuseum, de Noruega, le han reservado exhibiciones individuales.

Su paso por las bienales de Venecia, Sao Paulo, Gwangju, Shanghai y Sharjah lo han consolidado como uno de los artistas emergentes en crecimiento y le han permitido obtener la beca Roma; la residencia Iaspis en Gotemburgo, de Suecia; los premios de arte Baloise y Cartier, así como el recibido hace un par de años en Zona Maco, de México.

Discursos audiovisuales, escultura, fotografía, guiones que en lugar de definir se centran en la pregunta, los interrogantes personales, acentos marcados con pistas de música experimental, y el lienzo como base de un proyecto visual, son piezas del trabajo de un creador que ha logrado atraer la mirada de importantes críticos de arte.

No escatima información a la hora de precisar de dónde han surgido algunos rasgos de sus montajes más controvertidos. Por ejemplo, en Peoples of the evening land presentó retratos hechos con el mismo maquillaje que utiliza la canciller alemana, Angela Merkel, considerada la mujer más poderosa de Occidente.

La canciller protagoniza otra de sus obras. En Masks, Fujiwara reunió una serie de pinturas abstractas que forman un retrato fragmentado de Merkel.

La mirada de Simón también se ha posado en prácticas cotidianas del pueblo alemán como la separación de los desperdicios. La instalación se llama Ich y en ella, el británico presentó, entre otros artículos, más de 200 tipos de depósitos para basura retractables pensando en la diversidad humana que hace posible tal oferta.

Entre las obras de Fujiwara tambié hay una protagonista mexicana. Se llama María y recolecta desechos reciclables en la frontera mexicana con Estados Unidos. Forma parte de Hello, una propuesta en la que el artista aborda la relación existente e ignorada entre una pepenadora y Max, un diseñador de animaciones radicado en Berlín. La manipulación de la realidad es uno de los aspectos centrales del relato forjado por un incitador del pensamiento al que muchos aplauden y otros cuestionan, aunque la mayoría reconoce las buenas hechuras de sus proyectos para reflexionar sobre las contradicciones de unos humanos deshumanizados.

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Tokyo Opera City, 2016. Foto: Galería Andrea Rosen

Clasificados

ID: 1332850

elsiglo.mx