"Es central saber disfrazar bien las cosas y ser maestro en el fingimiento"
Nicolás Maquiavelo
Las renuncias formales de Francisco I. Madero y de José María Pino Suárez a la presidencia y vicepresidencia de la república en febrero de 1913, abrieron la puerta de la legalidad para que el chacal Victoriano Huerta, con fundamento constitucional, ascendiera a la presidencia del país. Primero Pedro Lascuraín, secretario de Relaciones Exteriores asume el cargo y protesta ante la Cámara de Diputados, luego nombra a Victoriano Huerta secretario de Gobernación y renuncia al cargo; entonces, por ministerio de ley, Huerta es legalmente presidente de la república.
Venustiano Carranza, viejo zorro neo-porfirista, al levantarse en armas contra Huerta con el Plan de Guadalupe, sabía que no poseía legalidad su insurrección, podría contar con la legitimación que le daba el pueblo al apoyarlo, pero hasta ahí. Podría haber alegado la falta de capacidad legal de Madero al renunciar estando prisionero, pero sabía que por esa ruta no iba a lograr nada. Entonces opta por una solución política: Crear un movimiento "constitucionalista" que a su triunfo emane una nueva carta magna; lo que consigue en febrero de 1917. Carranza optó por la solución política y no entró a las argucias legaloides de los juicios constitucionales.
Las elecciones de Coahuila y del Estado de México del pasado mes, fueron además de un retroceso en la vida democrática de México, un verdadero fraude cuajado de actos de putrefacción política; los ya muy nombrados latrocinios del PRI, amparados en Coahuila por el hoy frío cadáver del OPLE "Instituto Electoral de Coahuila" (IEC) y avalados por el presidente del INE, son razones legales suficientes para anular la elección.
Simultáneamente, el INE ha visto con horror cómo su imagen se arrastra en el más vil de los pútridos pantanos; y para salir de esa pesadilla, necesita darse una zambullida y buscar aguas claras que le limpien un poco el lodazal que lo abruma; no le preocupa para nada Coahuila, sólo importa su alicaída fisonomía y las elecciones federales de 2018; en las cuales no habrá la más mínima credibilidad, los ciudadanos que debieran estar en las casillas de esos comicios, se negaran y con justificada razón, a ser cómplices de otra más de las patrañas del Consejo General del INE.
Por ello, en una jugada de pizarrón, tras pasar a segundo término todo el horror del fraude electoral, la Comisión de Fiscalización del propio INE, busca encontrar una solución política a un problema legal que él mismo ha negado; no ha aceptado que haya habido vicios desde un principio por actos de corrupción dentro del árbitro local y en un proceso cuajado de delitos electorales perfectamente demostrables y absolutamente burdos, incluyendo la activa participación del gobierno del estado.
La decisión de presentar el exceso en gastos de campaña en la elección de Coahuila, hecho que sí ocurrió, habría sido una salida política para el Consejo General del Instituto Nacional Electoral; el análisis aprobado por la comisión de fiscalización, ha sido más producto de la presión ciudadana que resultado de procesos contables y legales, y, el INE enfrenta una caída estrepitosa ante la comunidad nacional e internacional; ante esa opacidad, busca encontrar "algo" que provocara la caída de la elección aplicando aquella sentencia filosófica popular: "Hágase la voluntad del Señor en los bueyes de mi compadre..." pero a última hora le ha temblado la mano y aparenta buscar más evidencias, por ello suspendió la sesión extraordinaria de antier y espera que mañana se reanude, pero con nuevas formas para salvar tanto su pellejo como el de sus controladores.
Ahora bien, si se mantiene el valor de la elección actual, habrá quienes festinen esa fallida nulidad como un hecho en sí mismo, pero advirtamos que, por ese camino de impunidad, los fraudes en 2018 serán mayúsculos; lo más importante no es obtener un triunfo parcial que pueda permitir que sigan medrando con un júbilo momentáneo, sino que se imponga la legalidad y la justicia y permanezca en todos los demás procesos electorales, aunque se lleven a partidos y candidatos por delante; lo importante es ganar en democracia real.
Con esta decisión aplazada, el árbitro electoral ha vuelto a colocar el caldero hirviente en la hoguera y le ha atizado más leña, ahora o resuelve de manera contundente la problemática, o se atiene a una posible explosión producto de la presión ya existente, aunada a la fuga de gas que él mismo ha propiciado. Deberá castigar las violaciones a las leyes electorales con sanciones precisas, aplicables a cualquier partido que haya caído en burlas a la ciudadanía, es el único camino a salvar la paz social y evitar nuevas manifestaciones de inconformidad por actos brutales.
Muchos creemos que la multa por "Tarjeta Rosa" al PRI Coahuila es otra burla al ciudadano; por ello resulta increíble el cinismo en la defensa de esa sanción al PRI del Estado de México de los representantes del PRI y de su faldero verde, así como de consejeros nacionales INE, perfectamente alineados a esos partidos, cuando quisieron justificar sus compras de votos con tarjetas monetarias, como simples propuestas de acercamiento al elector, ello recuerda la frase de Belisario Domínguez en su discurso contra Huerta, cuando pregunta al Senado: ¿A quién se quiere engañar? ¿A nosotros?, No, responde, todos somos hombres expertos en política, se busca turbar la mente del pueblo. Aquí Maquiavelo surte plena vigencia: mucho fingimiento y harto disfraz de las argucias legaloides.
Finalmente ¿mañana el INE buscará salvar su pellejo haciendo justicia real al determinar lo excesos a los topes de campaña en Coahuila? U ¿ofrecerá su cuello al verdugo popular para que de una vez por todas acabe de matarlo en credibilidad?
