SU SALUD BUCAL
¿CAMBIO DE NOMBRE A LA OBESIDAD?
(Parte 3)
Lo que se ha denominado generalmente obesidad puede ahora ser reconsiderado como una enfermedad crónica basada en la adiposidad. La designación de "obesidad" es actualmente aplicada por la mayoría de los profesionales, a cualquier persona con un índice de masa corporal (IMC) de 30 kg / m2 o mayor y el diagnóstico se basa únicamente en una medición antropométrica.
Las objeciones al uso exclusivo del IMC como herramienta de diagnóstico o diagnóstico incluyen, pero no se reducen a límites variables en diferentes grupos étnicos, efecto de aumento o disminución de la masa de músculo y a que es independiente de los riesgos cardiovasculares asociados con la circunferencia de la cintura (WC). Las asociaciones AACE / ACE ha promovido un enfoque de "centrado en las complicaciones" para el diagnóstico y la gestión de los pacientes con obesidad. Sin embargo, se justifica una nueva nomenclatura que conceptualice a la obesidad como un estado de enfermedad crónica que conduce a complicaciones características basadas en la adiposidad, y que abarque un término de diagnóstico médico específico que refleje la fisiopatología basada en el proceso de adiposidad. El término "adiposidad" se refiere directamente a los adipocitos y al tejido adiposo, que en el contexto de la enfermedad crónica basada en la adiposidad (ABCD), incorpora el impacto en la salud que puede relacionarse con la cantidad, distribución y / o función del tejido adiposo. La cantidad de masa grasa corporal puede correlacionarse con ciertos puntos finales o complicaciones basadas en la adiposidad, pero no se refleja adecuadamente en el IMC. Los estudios de imagen avanzados del cuerpo promete un mejor medio para evaluar la adiposidad, y los estudios de investigación ya están en marcha. La distribución de la grasa corporal también se correlaciona con una fisiopatología relevante en fenómenos tales como la resistencia a la insulina e inflamación. Por ejemplo, la acumulación relativa de grasa en el depósito intraabdominal y la acumulación de lípidos dentro de los hepatocitos (es decir, la enfermedad de hígado graso no alcohólico) y en las células musculares, está relacionada con la resistencia a la insulina, el desarrollo de la diabetes tipo 2 y con la enfermedad cardiovascular. Por otro lado, la acumulación de grasa glúteo-femoral está independientemente asociada con un efecto protector sobre el riesgo cardiometabólico relacionado con la glucosa y los lípidos. Los atributos funcionales de la grasa son gobernados por la secreción de los adipocitos, así como por otros factores citoquínicos, hormonales y humorales, y serán delineados por tecnologías emergentes en los análisis genéticos / genómicos. La secreción desregulada de estos factores puede afectar múltiples órganos que se correlacionan con las complicaciones basadas en la adiposidad. En resumen, el término "adiposidad" ofrece ventajas en los mensajes de salud y en la investigación científica. El estado de enfermedad resulta cuando la gravedad de la adiposidad anormal se traduce en un proceso fisiológico y en una carga de síntomas a través de mecanismos definibles. La enfermedad crónica ocurre cuando el estado de enfermedad persiste por más de tres meses y se caracteriza por procesos adaptativos y mal adaptativos, interactuando y evolucionando hacia un estado estacionario, que puede oscurecer la etiología primaria.
Por: Dr. Manuel Acuña Cepeda