Irrumpen. Extremistas armados irrumpieron en el complejo, donde se encontraban empleados.
Un ataque armado contra las instalaciones de la televisión estatal afgana en la provincia oriental de Nangarhar concluyó la tarde de ayer con la muerte de cuatro atacantes y otras seis personas.
"El asalto a RTA (Radio Televisión de Afganistán) terminó en la tarde con todos los rebeldes muertos", afirmó Attaullah Khogyani, portavoz del gobierno provincial, según reporte de la agencia informativa Pajhwok Afghan News (PAN).
El funcionario confirmó que diez personas, entre ellas los cuatro atacantes, murieron y otras 17 resultaron heridos en el ataque armado, cuya autoría se atribuyó el ala del grupo extremista Estado Islámico (EI) en Afganistán.
Aproximadamente a las 10:30 horas locales (06:00 GMT) extremistas armados irrumpieron en el complejo de la cadena de radio-televisión estatal, donde decenas de empleados, entre comunicadores, elementos de seguridad y administrativos, quedaron atrapados.
De acuerdo con los reporte de la agencia de noticias afgana, dos de los asaltantes detonaron los chalecos explosivos que portaban, provocando la muerte de un guardia de seguridad de la estación de radio y lesiones a varios trabajadores más.
Khogyani explicó que el asalto fue perpetrado por cuatro atacantes, dos de los cuales se inmolaron para poder ingresar al complejo, mientras que los otros dos fueron abatidos por las fuerzas de seguridad durante un tiroteo subsecuente.
Destacó que la mayoría de los empleados de la emisora fueron rescatados a salvo, aunque 17 resultaron heridos, entre ellos seis que requirieron ser enviados al hospital, donde su condición se reporta estable.
El Estado Islámico, que opera en Siria e Irak, se atribuyó el ataque contra el complejo de la cadena de radiotelevisión, en un mensaje difundido a través de su agencia informativa Amaq, en el que elogió a los atacantes.
El ataque es el segundo que lleva acabo el grupo extremista este mes.
Un crimen de guerra
En un comunicado, la ONG defensora de la liberta de prensa Nai señala que "de acuerdo con las leyes de guerra, los ataques a lugares públicos y áreas no militares constituyen un crimen de guerra y, por ello se pide a la comunidad internacional y a las organizaciones de derechos humanos que califiquen así" el ataque de ayer.
En esta línea, RTA se afana en evitar cambios en su parrilla y mantener su producción a pesar del atentado.
"La televisión pública es un bien público y este fue un ataque contra la gente del país, continuaremos nuestros servicios para la gente" de Afganistán, defendió el subdirector de la RTA, Muhammad Essa Arya. Los medios de comunicación son, sin embargo, objetivos relativamente habituales de la violencia en Afganistán.
De acuerdo con un informe de Nai, durante el último año se registraron 400 casos de violencia contra periodistas, entre ellos 322 denuncias de amenazas de muerte por parte de los talibanes y 8 asesinatos de reporteros.
El artefacto estadounidense arrojado el 13 de abril eliminó a 96 miembros del EI, que desde entonces puede haber perdido al menos otros 300 combatientes en varias operaciones desarrolladas por las tropas afganas en la provincia, según fuentes oficiales afganas.
EU se ha marcado como objetivo para 2017 acabar con el EI en Afganistán.
Efe