Mediante un video, al igual que hizo su acusadora, el tatuador se defiende de los señalamientos. (FACEBOOK)
Luego de que una mujer identificada como Alba, de 30 años de edad y originaria de Barcelona pero residente en México desde hace tres años, acusara a uno de los tatuadores del establecimiento Studio 13 Tatto Studio de acoso sexual, éste respondió.
Mediante un video, al igual que lo hizo la acusadora, Omar Morales, del negocio ubicado en la avenida Insurgentes Sur 1605, no rechazó específicamente el señalamiento de acoso, pero sí consideró que lo que se pretende es extorsionarlo.
LO ACUSADO
Según narra Alba, ella acudió al lugar para que Omar Morales le hiciera un tatuaje de la espalda a la cadera, lo cual sucedió en dos citas.
En la segunda cita, mientras Omar le tatuaba la cadera, "empezó a tocarme en la entrepierna", cuenta en un video que circula en redes sociales.
"Me levanté y le dije ¿qué haces?", denuncia Alba, quien relata que Omar y ella no estaban solos. "Al lado de nosotros había otros tatuadores. Se callaron, se hizo silencio".
Ante la falta de respuesta, Alba se quedó "pasmada estupefacta". Cuando terminó el tatuaje, ella se levantó y se vistió. "Yo fui a tatuarme, no a que me tocara. Uno se siente atacado, humillado, triste", cuenta.
RESPONDE EL TATUADOR
Tras las acusaciones, Omar Morales publicó un video en la red social oficial de su estudio en el que advirtió que "no es muy justo lo que está haciendo", Alba al señalarlo.
"No se dejen guiar por las páginas o lo que están viendo. Y si escucharon su versión, pues escuchen la nuestra", dice Morales.
"¿Qué es lo que debe de ocurrir? Lógicamente si te están tatuando y tienes un acoso sexual, lo que haces es: le das una cachetada al tatuador, gritas y están aquí las demás personas y escuchan ¿no? Sales, buscas un policía y haces la demanda ¿no? Entonces ella sale, se despide de beso dice que va a regresar, que quiere otra cita", narra el también dueño del estudio, quien critica que la parte acusadora haya seguido asistiendo a las sesiones y además pagara por ellas.
"Antes de que se fuera pagó siete mil pesos por el tatuaje. Entonces imagínense si una persona es agredida y todavía bajas y pagas y te despides de todo el equipo de beso, entonces eso está muy mal. Lo que tenías que haber hecho es salir, parar a un policía y vámonos (...) Se le salió de las manos a esta chica. No sé qué es lo que quiera, si solo ya es difamar", defiende Omar.
Para finalizar, el tatuador desestima la denuncia y refiere que se trata de una cuestión personal, de una situación que viene de tiempo atrás, ya que indica haber recibido advertencias de otras personas que lo amenazaban con difamarlo, sembrarle droga o acusarlo de robo si no accedía a sus peticiones, aunque sin especificar a qué se referirían éstas personas.
Mediante un video, al igual que hizo su acusadora, el tatuador se defiende de los señalamientos. (FACEBOOK)