¿HUELE MAL SU PERRO?
Si su perro tiene tan mal olor que no lo soporta dentro de casa, a pesar de que lo baña y asea, resuelva el problema. Báñelo y séquelo perfectamente; luego, tome un par de puñados de bicarbonato y frote su cuerpo con él. Es casi seguro que se acabe el mal olor, pues este producto es un magnífico desodorante. Ahora, no crea que con una vez que lo haga quedará remediado para siempre el mal. Al cabo de tres o más días, volverá a percibir el mal olor, pero ya no será tan fuerte y sólo tendrá que repetir el proceso. Después de todo es muy sencillo. La cantidad de bicarbonato a usar dependerá del tamaño del animal.
¡QUE NO SE ARRODILLEN!
¿Tienen sus hijos la costumbre de arrodillarse en el suelo y sentarse luego sobre sus piernas? No los deje. No vacile en decirles que si lo siguen haciendo, pueden hacerse zambas sus piernas. Insista en que se sienten en el piso sobre sus asentaderas, con las rodillas flexionadas y los tobillos cruzados.
UN CONSEJO A LAS EDUCADORAS
A fin de poder controlar mejor a los niños cuando los llevan de paseo, lo más sencillo y práctico es hacer que todo el grupo vista playeras iguales con el nombre del colegio, jardín de niños o lo que sea. De este modo, cuando algún niño o niña se aparten un poco de las filas, se les distinguirá fácilmente, y en caso de que, por desgracia uno de ellos se extraviara, cualquier persona podría identificarlo con la institución a que pertenece y llevarlo a ella.
FRIENDO HIGADITOS DE POLLO, SIN SALPICAR
Tal vez a usted le gustan mucho los higaditos de pollo fritos, pero no los hace en esta forma, porque al freírlos, salta mucho la grasa y ensucia la estufa y todo lo que hay alrededor. Bien, si quiere disfrutarlos sin ese problema, tome nota: con sus tijeras de cocina, parta todo el hígado comenzando en la sección del centro. Pase las piezas por harina y hágales al mismo tiempo varios piquetes con un tenedor de cocina. Fríalas rápidamente en una pequeña cantidad de aceite, usando una sartén sobre calor medio y volteando los hígados una sola vez. No más salpicaduras.
¿SE CORTÓ EL NIÑO?
Si es así y siempre que ocurre él llora y llora cuando usted le pone el antiséptico de color rojo, haga lo siguiente: Píntele en la rodilla, mano o brazo (donde tenga la cortada) una cara risueña con el mismo producto con que lo curó. Comenzará a reírse al ver la cara y no habrá más gemidos.
