PROTEJA SU BOTIQUÍN
Los productos con envase de metal suelen dejar un arillo de óxido en donde han estado colocados. Esto es porque en los botiquines se introduce el vapor oxidando un poco los envases y dejando su fondo marcado con un feo aro sobre la superficie donde descansan. Evite esto fácilmente. Ponga una tapa de plástico flexible ligeramente más grande que el fondo del envase en el lugar donde éste se va a conservar. Esta precaución no causará ningún inconveniente ni retardo a nadie, ya que esa tapa o rueda ni se pone ni se quita, sólo sirve de fondo a los envases de metal.
¿SE CRISTALIZÓ LA MIEL?
Simplemente, ponga al fuego el frasco cerrado dentro de un recipiente con agua, procurando que el calor sea lento y en pocos minutos el producto recobrará su estado natural.
¿SE QUEMÓ ALGO?
Muchas veces, no se siente tanto que se haya quemado un alimento, sino que se tenga que limpiar la vasija en que sucedió la desgracia. Corte un cuadro de plástico de una botella o frasco y úselo para raspar lo quemado.