(Primera parte)
Todas estas reflexiones vienen a colación a raíz de que el pasado 18 del actual, en la sección deportiva de Meta, apareció la siguiente nota: "Kaká anuncia su retiro del futbol". Esta información procede de Milán, Italia y a la letra dice: "El brasileño Kaká, ganador del Balón de Oro del 2007, anunció el día de ayer, domingo, su retiro del futbol, a sus 35 años de edad, expresando: El ciclo de mi carrera como jugador terminó aquí, reveló al diario Globo TV de su país el mediocampista, que jugó para el Milán, Real Madrid y la selección de Brasil. Necesitaba tomarme tiempo para pensar y tomar una decisión con calma. He llegado a la conclusión de que ahora es el momento para terminar mi carrera como jugador profesional…" y continúa la nota mencionando los éxitos que obtuvo durante los 14 años de su carrera en este deporte después de haberse iniciado a los 21 años de edad cuando Milán lo llevó a Italia proveniente de Sao Paulo. La nota, entre otras cosas, menciona que "le gustaría seguir ligado profesionalmente al futbol, quizá como técnico o director deportivo de un equipo".
La noticia no me causó extrañeza en cuanto a la temprana edad a la que se retiraba este deportista, ya que lo más frecuente, lo más saludable, es que los deportistas en cada una de sus ramas, reconozcan el momento más propicio en que deben retirarse de esta actividad, y aunque la mayoría lo lleve a cabo a una temprana edad, según podríamos pensar los neófitos en el deporte, así debe suceder, y para algunos ejemplos, tenemos a Pelé, Armando Maradona, Hugo Sánchez, Ana Guevara y Lorena Ochoa, así lo llevaron a cabo y nosotros pudiéramos pensar por qué lo hacen si se encuentran en el pináculo de su vida deportiva.
¡Hay de aquellos que no lo deciden en el preciso momento!, tal es el caso del velocista Bolt, que se decidió a hacerlo en un momento en que ya no se iba con la gloria que se merecía y a realizarlo cuando ya hubo otros corredores que lo desplazaron a un segundo y tercer lugar, dejando entre sus fans un amargo sabor de boca por la desilusión de no haberlo visto retirar con la gloria que lo acompañó durante los años de ser siempre el primero.
Por causalidad, el mismo día, pero en sección diferente, como es Finanzas, mi amigo escritor, Juan Manuel González Cerda, en su columna semanal Contexto lagunero, aborda con su tema titulado: Jubilación y muerte. Antes de analizar el contenido en que él se expresa, permítame mencionar lo que es mi sentir al respecto.
En cualquier actividad a la que nos dediquemos, sea como profesionista en cualquier licenciatura, especialidad, maestría o doctorado, debemos hacer lo que en el deporte han hecho la mayoría de ellos; es verdad que en esta actividad una persona que se dedicó desde la segunda o tercera década de su vida, entrando a la cuarta década, ya son unos "veteranos" y por ello mismo, deben saber retirarse a tiempo, como lo acaba de llevar a cabo Kaká y más atrás una serie de deportistas a los cuales ya hemos mencionado como ejemplo, de la misma forma debemos llevar a cabo en cualquier profesión que podamos poner de ejemplo. La misma ley ha contemplado el tiempo justo para retirarse (que no es ni antes de los sesenta, ni después de los setenta) y de esta forma aprovechar, en otras actividades, muy distintas a la profesión que se haya ejercido.
Tal y como lo menciona Juan Manuel González Cerda: "Hace ya varios lustros, la jubilación era algo que se esperaba con ansias. Hoy, la gente quiere seguir trabajando después del retiro. Hoy, la jubilación, más que felicidad, está provocando un drama…", y agrega en otros partes: "Al principio, quizá, los jubilados descansan algún tiempo, luego se enfrentan a la indeseable pregunta: ¿y ahora que?", agregando: "El homo faber, el hombre, llena el sentido de su existencia sólo produciendo, se siente esclavizado por el afán y la fiebre de la producción puramente material, la única que valora y estima…".
"¿Cómo puede una persona disfrutar, o en el peor de los casos, soportar la vida cuando al ser separado involuntariamente de su trabajo no tiene la posibilidad de tomar las riendas de su propio destino?".
Por: Dr. Leonel Rodríguez R.