Foto: Archivo Siglo Nuevo
La apuesta de las autoridades europeas por el modelo redondo tiene varias escalas con sus complejidades muy particulares: impulsar el arribo de inversiones, establecer la igualdad de condiciones frente a la competencia, eliminar obstáculos derivados de la legislación continental.
La economía circular se abre camino en el Viejo Continente. Cadenas de supermercados, empresas siderúrgicas, compañías del ramo del cemento y de los neumáticos, de los sectores fitosanitario y farmacéutico, firmas del ramo tecnológico y de las telecomunicaciones, asociaciones de agricultores, ganaderos y comerciantes, entre otros grupos, se han sumado a la iniciativa europea que buscará obtener, en el periodo 2018-2020, avances significativos antes de un primer informe de resultados.
¿Qué es lo que buscan? ¿En qué consiste la economía con forma redonda? Una respuesta elemental es que se trata de la adopción de estrategias dirigidas a hacer un uso más eficiente de los recursos.
En la Comisión Europea, brazo ejecutivo de la Unión Europea, hace un par de años se elaboró un plan destinado a regir los esfuerzos en pos de instaurar, entre los países miembros, una economía más circular.
Eso se traduce como alcanzar un par de metas indispensables en la instalación de una dinámica económica sostenible y competitiva: que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos.
El plan aprobado a finales de 2015 contempla, entre otras cosas, impulsar la protección a las empresas contra la escasez de recursos y la volatilidad de los precios; contribuir a generar nuevas oportunidades de negocio; promover la creación de formas innovadores y más eficientes de producir y consumir; crear puestos de trabajo adecuados a todos los niveles de capacidades disponibles en el mercado laboral y favorecer las oportunidades para la integración y la cohesión social.
Otras pautas de acción apuntan a ahorrar de energía y evitar daños irreversibles en el clima y la biodiversidad; atenuar la contaminación de aire, suelo y agua causada por el uso de recursos naturales a un ritmo que supera la capacidad del planeta para reponerlos. Una de las tareas prioritarias en este apartado es la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
TRABAJO EN EQUIPO
En la Comisión Europea, y esto quedó consignado en su diagnóstico, exponen que a la hora de instalar el círculo productivo son fundamentales los papeles representados por los agentes económicos (empresas y consumidores); también se requiere el apoyo las autoridades locales, regionales y nacionales y, desde luego, de la organización de soberanías europeas.
Se requiere construir un marco normativo adecuado para el desarrollo de éste tipo de economía en el mercado único; transmitir señales claras a los operadores y a la sociedad multinacional. El plan, sus acciones concretas, las estrategias amplias y los objetivos que se persiguen tienen como primer año de corte al 2020.
La apuesta de las autoridades europeas por el modelo redondo tiene varias escalas con sus complejidades muy particulares: impulsar el arribo de inversiones, establecer la igualdad de condiciones frente a la competencia, eliminar obstáculos derivados de la legislación continental o de su aplicación inadecuada, velar por la adopción de condiciones favorables para la innovación y la participación de todas las partes interesadas.
Centrados en las regiones medioambientales, las prioridades pasan por reducir los depósitos en vertederos y aumentar las capacidades para el reciclaje y un segundo uso de los residuos.
BENEFICIOS
El esquema teórico indica que al estimular la actividad sostenible en sectores clave y generar con ello oportunidades de negocio, se contribuirá a liberar el significativo potencial de crecimiento y empleo de la economía redonda.
Un desarrollo adecuado del planteamiento implica que los operadores hagan suyos diversos compromisos, por ejemplo, en materia de diseño ecológico, adoptar métodos estratégicos (social y ambientalmente responsables) en materia de producción y manejo de plásticos y fórmulas químicas.
Empresa de reciclaje de plásticos. Foto: Echo/Getty Images
Acciones como las planteadas por la Comisión Europea suelen hallar buen eco en la iniciativa privada. Una razón es que las propuestas para apoyar la economía circular toman en consideración las diversas etapas de la cadena de valor, desde la producción hasta el consumo, e incluso más allá, dado el interés en conocer el destino de las mercancías y pugnar ya sea por su reparación o por la reelaboración, es decir, una gestión de residuos donde las materias primas secundarias (producto de tareas de reciclaje) retornen a la economía como parte de otros productos.
Hacer realidad la economía circular exige un compromiso a largo plazo y en todos los niveles, desde las ciudades y las regiones hasta los Estados y el continente.
MEDIDAS
¿Qué medidas son necesarias para alcanzar la sostenibilidad? Todo inicia con un mejor diseño, hacer que los productos sean más duraderos o más fáciles de reparar, actualizar o reelaborar. Si se siguen criterios acordes a esa visión los recicladores desmontarían artículos a fin de recuperar componentes y materiales valiosos.
Otro paso consiste en combatir el uso ineficiente de recursos que da lugar a oportunidades de negocio perdidas y a cantidades significativas de desperdicios.
Implementar una iniciativa circular también representa prestar más atención a las repercusiones medioambientales y sociales en la producción de materia prima. Los fines ecológicos pues, requieren cantidades mayores de innovación en los procesos industriales y la adopción de esquemas como el de “simbiosis industrial” que hace con los residuos o subproductos de una industria los insumos de otra.
El consumidor es otro aspecto a considerar en la búsqueda del círculo virtuoso. Planes, estrategias y resultados dependen en buena medida de las decisiones tomadas por millones de personas mejor conocidas como 'clientes'. La elección de quien consume puede representar tanto un apoyo invaluable como un obstáculo infranqueable para la economía circular. En este sentido, los promotores del esquema sólo pueden apostarle a proporcionar a los consumidores la mejor información posible en relación con los artículos y servicios a su disposición.
Otro tema crucial es el de la gestión de residuos, las líneas adoptadas en este rubro determinan la jerarquía de la basura, es decir, los desechos prioritarios en temas que abarcan desde la preparación para el reciclaje hasta la eliminación o bien la forma en que se hace la disposición final de los materiales. En este apartado, el plan circular de las naciones europeas esboza la necesidad de 'proporcionar el mejor resultado medioambiental general'.
LO QUE SE BUSCA
Los países de la UE persiguen dar una segunda vida a los materiales aptos para el reuso, que vuelvan a la economía como nuevas materias primas, de esa manera, se tendría más certeza sobre el suministro de diversos insumos.
Su plan también busca poner en circulación en el mercado único las materias primas secundarias, es decir, las que se extraen de las tareas de saneamiento y de los procesos para la reutilización, En este apartado una de las metas es facilitar la circulación transfronteriza de los desperdicios que pueden reactivarse.
En el órgano ejecutivo de la UE consideran que con el plan para el establecimiento de la economía circular se adoptó un mandato concreto y ambicioso para apoyar una transición a todas luces necesaria. En la organización europea consideran que el modelo redondo tendrá que impregnar el panorama a nivel mundial porque los recursos no son eternos y la prevención es la mejor manera de atajar una crisis futura.
