Las medidas de seguridad fronteriza han hecho un tanto difícil a los dueños vivir ahí. (INTERNET)
En la frontera entre Estados Unidos y Canadá existe una casa muy peculiar, está construida en los límites fronterizos de ambas naciones, por lo que se puede entrar por un país y salir por el otro.
El inmueble se encuentra ubicado entre la ciudad estadounidense de Derby y la canadiense de Stanstead.
La viviendo construida en la década de 1950 se encuentra ahora puesta a la venta y cuesta 109,000 dólares. El precio en el mercado se considera relativamente bajo, de acuerdo con la revista ‘Time’, pero esto es porque requiere unas remodelaciones valoradas en 600,000 dólares, según lo indican los propios propietarios, la familia DuMoulin.
El inconveniente de la casa son precisamente la seguridad fronteriza. El aumento de las restricciones ha afectado a todos en el pueblo, donde calles residenciales ahora están valladas y puertas traseras que daban a la frontera han sido selladas. Hasta la biblioteca local, construida entre los dos países, ha bloqueado el acceso de su puerta principal, aunque los ciudadanos canadienses pueden entrar sin tener que pasar el control fronterizo.
"Ya no puedes ir por donde quieres... hay que pasar a través [de la aduana] y luego volver de la misma manera", señala Brian DuMoulin a la revista ‘Time’.

