"¡Se acabó!", gritó el "Chepo" de la Torre tras el gol de Diego de Buen en la compensación del partido. Con un gesto enérgico, liberando la tensión acumulada en 93 minutos de partido y 9 empates acumulados en el torneo, el técnico santista sabe que el objetivo está cerca.
Se veía venir otro final de drama en el Corona, el estadio que le pone precio especial a los boletos cuando el América es el invitado (en la tribuna vive el por qué).
De la Torre ingresó de nuevo a De Buen por el "Cabecita", el mejor hombre de ataque en el equipo. El de la media vuelta, el del gol que ponía a Santos sobre las Águilas. Trágico presagio sobrevolaba miles de cabezas en la Comarca.
Y como guión escrito para el Cruz Azul, o para el Santos de este torneo, el empate azulcrema llegó del hijo pródigo de La Partida.
Lamentos, maldiciones. El destino parece estar escrito y no hay poder humano que pueda evitarlo. Pero en la "Tierra de los Grandes Esfuerzos" todo es posible.
La historia del 1 de marzo, en la Copa MX, se repite. Rivas le acomoda el balón al polémico De Buen, que saca potente disparo, desviado en el camino por Furch, y el balón vuelve a golpear las redes. ¡Es la redención de los Guerreros! El camino a un triunfo anhelado, entretejido en equipo, elaborado con sudor y esfuerzo. Es el premio a la constancia, a la fe del lagunero.
Es el triunfo que acerca al Santos y a su entrenador a alcanzar los objetivos al inicio del torneo (los 30 puntos, de los cuales ya sólo faltan 6, y la liguilla).
Es el triunfo que calla voces americanistas, que pone las cosas en su lugar, que hace soñar a los más aventurados con un nuevo campeonato.
El triunfo que acaba con una mala racha, la maldición de no poder mantener una ventaja. Y lo hizo el "Chepo" de la pierna de De Buen, el más señalado en la desgracia. De ahí, al júbilo.
Que sueñen los Guerreros, que, aunque parece que se acabó, esto apenas empieza.
Por cierto, cada vez son más recurrentes las voces de aficionados en el estadio que se quejan por el trato prepotente de los elementos de seguridad. Ojo, directiva, a la afición se debe el club.
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