México enfrenta hoy el partido al que ninguna selección espera llegar cuando inicia un torneo; jugar por el tercer lugar significa que el antecedente más reciente es una derrota.
Sin embargo, no hay opción.
La Selección de Osorio se mide al campeón de Europa por segunda vez en el torneo y es, aunque no parezca, un partido muy importante.
Los europeos quitaron de su torneo (la Euro) el juego por el tercer lugar, lo ven innecesario; las selecciones llegan desanimadas, disminuidas y sin algunas de sus máximas figuras. La mentalidad del Viejo Continente no da para pelear por premios de consolación.
Distinto piensan la FIFA y Concacaf, que de todo quieren sacar dinero.
Sin embargo, para Osorio y los suyos el partido de hoy es una oportunidad para despedirse con una victoria, sin importar que la gloria se la llevarán otros.
Alemania organizó su segundo Mundial en 2006. En el primero, en 1974 se quedó con la Copa, que después repitió en Italia 1990.
Vinieron luego sonoros fracasos en los siguientes mundiales; apenas cuartos de final en Estados Unidos '94 y Francia '98 (una mancha en la historia del futbol alemán).
Para 2002, Alemania logró llegar a la final en un Mundial atípico. Pero Brasil lo venció fácil con dos de Ronaldo, "La Bestia".
En 2006, la selección alemana tenía la oportunidad inigualable de volver a la cima del balompié mundial, en casa y con un equipo de mayor experiencia. Pero no pudo con la muralla italiana en semifinales y tuvo que disputar el partido por el tercer lugar.
La poderosa selección teutona salió al campo con orgullo y defendió su camiseta como si se tratara de una final. Le pasó por encima a Portugal, precisamente, y su afición, por increíble que parezca, tuvo algo que celebrar.
Alemania y su gente dieron una muestra de humildad en aquella ocasión. Sabiendo que no hay nada como la victoria, ganaron lo que estaba a su alcance.
Ganar hoy para México significa levantar la cara. Perder sería despedirse del torneo con dos derrotas consecutivas; la cuarta en la era del menospreciado Juan Carlos Osorio.
Dicen que los partidos hay que ganarlos, si no, ¿cómo tendría que saltar al campo hoy la Selección Mexicana? ¿A perder?
Dicen también que la historia la escriben los triunfadores. Si bien es cierto que el partido de hoy no tendría porqué ser memorable, sí se trata de acostumbrarnos a ganar.
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