El sábado pasado cumplió años un amigo y, pese a su fiel costumbre, en esta ocasión el festejo fue por demás discreto. En lo personal, esperaba un gran festín, porque cada día se vuelve un logro seguir vivo en este planeta. Pero no. Sentado en una cómoda silla de su patio, mi compañero de tantas aventuras me contaba que "se le vino el tiempo encima" sin darse cuenta que despertaba con un dígito nuevo en su cuenta personal; casi se le va la tarde en dormir.
Estamos en el mes idóneo para celebrar; algunos gritan independencia, otros cumplen años.
El 4 de septiembre, Santos comenzó a escribir una historia que iría creciendo en logros y vitrinas. Hoy, a sus 34, la fiesta y el pastel se opacan ante un equipo gris, que no logra conectar emociones con su afición.
Son ya cuatro partidos en casa y los Guerreros nomás no.
Tres puntos de 12 posibles ante de una de las más fieles aficiones del futbol mexicano... ¿qué está pasando?
Lastimosamente, un equipo que presume "poco tiempo, mucha historia" ocupa hoy la posición 14 de la tabla, cuando ya se ha ido casi la mitad del torneo.
Los Guerreros han anotado cuatro goles en el Corona durante al Apertura 2017 y a cambio han recibido uno más; ¡tienen diferencia negativa en la alguna vez conocida como la "Casa del Dolor Ajeno"!
Santos no conecta con su afición, y es quizá eso la parte triste de la historia.
Campañas de publicidad, de sobra. Campañas sociales, también. Pero lo que hace falta ahora es demostrar en el campo las ganas de trascender y que la inversión que se hace en otros rubros se vuelque a lo deportivo. Solo así, el esfuerzo se verá traducido en los resultados que todos los santistas anhelan presumir.
Digo, ¿para qué tanta fiesta si al final hay poco que celebrar?
¿Le seguimos?:
Jsepulveda@elsiglodetorreon.com.mx