UN BREVE ANÁLISIS SOBRE LOS CHISMESUN BREVE ANÁLISIS SOBRE LOS CHISMES
Por lo general, los chismes han tenido una reputación negativa, y con frecuencia, la gente que es considerada chismosa como característica personal, es vista con cierto recelo y en ocasiones los evitamos si es posible, o quizás los vemos como gente valiosa y los procuramos en muchos de los casos. Lo vemos en muchos aspectos de nuestras vidas: en el trabajo, en algunos miembros de la familia, en una fiesta o reunión social, en programas de televisión o columnas de periódicos en donde la misión específica es reportar sobre los sucesos de celebridades o el mundo de la farándula. La política ha sido un escenario muy interesante en el tema de los chismes, ya que la publicidad negativa y el uso de los chismes con la intención de deteriorar la imagen de la oposición y así ganar votos, ha sido una arma mas o menos útil durante las elecciones.
Muchos que tienen este concepto negativo sobre los chismosos, y son "atrapados" chismeando, con frecuencia se avergüenzan o se sienten mal. Lo interesante y contradictorio es que una gran mayoría de los seres humanos nos sentimos atraídos por información personal de otras personas, particularmente si es alguien que nos llama la atención por cualquiera que sea la razón. Esto nos sugiere que no todos los chismes son malos, y quizás algunos de ellos tengan alguna utilidad y puedan ser de ayuda en nuestras decisiones con respecto a nuestras interacciones personales, o puedan tener alguna función de prevención o protectora si el chisme tiene la intención de proveer información sobre la mala conducta de otros.
El diccionario de la Real Academia Española define chismear como el acto de hablar con indiscreción o malicia sobre alguien. Chismear es murmurar o hacer comentarios, verdaderos o falsos, que pretenden indisponer a unas personas con otras. La mayoría de los autores consultados para este artículo coinciden en que los chismes son conversaciones informales con gente de confianza en relación de personas que no están presentes, o que están a la vista, pero no son parte de una conversación. La idea de esta comunicación es actualizar o compartir información confidencial con respecto a algo relacionado al estilo de vida de la persona que es criticada y de esta manera mantenerse conectado socialmente.
El Dr. Robin Dunbar, psicólogo evolutivo e investigador de la Universidad de Oxford en Inglaterra, y quien ha escrito de manera extensiva sobre los chismes, concluye en su artículo Perspectiva evolutiva del chisme (2004) que los chismes son parte de la esencia de las relaciones sociales, por consiguiente han contribuido en la evolución y organización de la sociedad humana. Según el Dr. Dunbar, los chismes evolucionaron poco después de que el lenguaje se desarrolló en los homínidos a medida de que empezaron a crecer en grupos sociales, y a tener la necesidad de comunicar peligro y lo que sucedía a nuestras espaldas. Especialmente, cuando había necesidad de comunicar sobre compañeros abusivos y ventajosos. Se cree que el chisme a través de la historia ha sido una forma de unión social, y hasta cierto grado, una manera de aislar a aquellos que no cooperaban con el grupo. Él agrega que desafortunadamente el chisme se ha llevado al extremo y con fines maliciosos en donde ha adquirido una connotación negativa.
La perspectiva del Dr. Dunbar apoya la percepción de que en muchos de los casos la información que se comparte es útil en el sentido que una persona puede beneficiarse al enterarse de algo negativo de otra. Por ejemplo, cuando un individuo chismea a una joven ilusionada sobre la historia violenta o criminal de un joven con quien se tiene plan de tener una relación romántica. En este caso, el chisme tiene la intención de prevenir un involucramiento con alguien que puede ser problemático o de alto riesgo. Y por supuesto, si la información es falsa, existe la opción de que el chismoso use el rumor por intereses egoístas y con la intención de beneficiarse a expensas de otro.
Los chismes pueden ser vistos como fuentes de información y de conocimiento que nos ayudan a estar al tanto de asuntos de importancia, y regularmente, es material que le puede dar sustancia a una platica de café, en una fiesta, o en el trabajo. El chisme puede tener un elemento de secreto o misterio, lo cual lo hace atractivo y entretenido. No podemos negar que ciertos detalles confidenciales de la vida de personas controversiales, por ejemplo, uno de los jefes o algún conocido de importancia, despierta nuestra atención y pensamos en comunicarlo con nuestras amistades cercanas. De ahí que se utiliza bastante en las redes sociales (Facebook, WhatsApp, etc.) con intenciones sorpresivas y humorosas, pero a veces con la intención cruel de denigrar o insultar, o la intención de realzar una imagen a expensas de otros.
Los chismes pueden ser de utilidad e instructivos siempre y cuando no tengan la meta de beneficios personales a expensas de otros, y quizás puedan mejorar nuestras relaciones cuando compartimos asuntos personales e íntimos con individuos o grupos con quienes nos identificamos o estimamos. La clave es saber cuando es el momento apropiado para chismear, o aguantarse y mantener la boca cerrada. Gracias por su interés en esta columna.
