A las urnas. Gustavo Petro e Iván Duque buscan llegar a la presidencia de Colombia. Duque marcha como favorito.
Con las dos campañas ya cerradas, los colombianos cuentan ayer las horas para elegir hoy a su nuevo presidente en unas elecciones que se cuentan entre las más polarizadas de los últimos años y con dos alternativas contrapuestas. El aspirante de la derecha, Iván Duque, parte con una clara ventaja según todas las encuestas gracias, en buena medida, a haber tejido a su alrededor una amplia alianza que incluye a una gran parte de los partidos con representación parlamentaria.
Ayer y todavía apurando las últimas horas de campaña, Duque se desplazó hasta la localidad de Chiquinquirá, a unas tres horas de Bogotá y uno de los puntos de peregrinación más populares del país para realizar uno de los muchos gestos con que ha desgranado la campaña. Allí, se adentró en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y rezó ante la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, para pedirle que le ilumine y le dé sabiduría en los últimos momentos de carrera presidencial.
Poco antes de entrar al templo, dijo a periodistas que las elecciones de hoy son "de las más importantes en la historia de Colombia", por lo que acudió ante la Virgen de Chiquinquirá a pedirle que lo "ilumine para todo lo que viene".
Más lacónico fue Petro, quien sostuvo una entrevista con varios medios comunitarios de toda Colombia y al terminar dedicó unas breves palabras a toda la prensa en las que pidió el voto como forma de enfrentarse a la corrupción y dijo que sus opositores están "dando papaya", una típica expresión colombiana que implica que le están facilitando la situación.
"Todos los corruptos están juntos en una candidatura, con una simple equis los mandamos a la caneca (cubo) de la basura de la historia. Así que los indecisos deben decidirse porque esa equis puede acabar toda la corrupción de Colombia", dijo.