Prisión. Desde 2017 se esperaba la entrega del Centro de Reinserción Social de Mediana Seguridad.
Hace ocho años, a las afueras del Centro de Reinserción Social (Cereso), número 1 de Durango, más de 200 familiares de presos se agolparon en los accesos del penal para exigir información sobre sus seres queridos, deseaban saber si estaban muertos, ello tras una "carnicería" protagonizada por grupos de reos que pertenecían a diferentes carteles de la droga.
El saldo fue de 20 hombres muertos, los cadáveres que se llevó el Servicio Médico Forense tenían heridas causadas con armas punzo-cortantes y traumatismos de cráneo, si bien aparentemente ninguno presentó heridas por proyectil de armas de fuego, las crónicas periodísticas narraron que al interior del Cereso se encontró un casco vacío de calibre .9 mm.
Tras la cruenta batalla no quedó duda de la conocida irrupción de la "maña" en la prisión local, así como la sobrepoblación que alimenta los riesgos de riña y desalienta la readaptación social.
