En algún momento de nuestra vida nos sentimos insatisfechos con lo que hacemos y no vemos un camino claro, se nos antoja saber hacer algo a nivel personal que valga la pena hacer y que sea notablemente mejor que lo "muy bien hecho". También hay estudiantes que no sienten mucha emoción por sus estudios y los asaltan las dudas sobre cuál camino profesional deben seguir.
Nos cuestionamos si estamos viviendo bien o si tomamos una vereda equivocada. Como si fuéramos en una excursión en la que ya hemos recorrido mucho camino, volteamos a ver lo recorrido y no sabemos si vamos por buen camino. Pero no reflexionamos a profundidad si vale la pena vivir para dedicarnos a hacer lo que estamos haciendo.
Una gran parte de la gente, se quita la responsabilidad de la duda, le saca la vuelta a las reflexiones y a la verdad de conocer si estamos haciendo algo que nos llena. Entonces, esas personas, desde muy temprana edad, viven al día, a lo que salga, de un trabajo a otro, sin dudas existenciales.
Para una gran mayoría, el solo hecho de tener un trabajo, cualquier trabajo, les basta para estar satisfechos, escasea la ambición de crecer. Y además ven el trabajo como una obligación. Cuando solo vemos la friega en el trabajo, juzgamos el empleo como infame.
Por lo menos, deberíamos hacer la prueba de reflexionar y de aceptar la posibilidad de que podríamos usarnos mejor que como lo hemos venido haciendo. La semana pasada lo mencioné: uno puede empezar a ser fregón a cualquier edad en la vida. ¡A cualquier edad!
Estando en la extrema juventud, como estando en la extrema vejez, es posible iniciar el recorrido para saber usarnos mejor, pero conviene empezar cuanto antes por una razón muy sencilla: no sabemos cuanto tiempo nos queda, nadie lo sabe.
Cuando hay voluntad para empezar, existe un comienzo de camino, nuestro dialogo interior se inicia antes de hacerlo, se inicia al decidir hacerlo. Según los chinos, el primer paso es ya la mitad del camino. Empieza donde puedas, con lo que puedas, empieza donde estás, pero empieza. Nunca esperes una situación perfecta para empezar.
Arrebátale a cada semana dos horas fijas en un día seleccionado, concéntrate en ti donde estés solo y puedas conversar contigo mismo. A veces, somos enemigos de imaginarnos en algún lugar solos, pensando y escribiendo nuestras inquietudes. Es difícil imaginarnos trabajando en nosotros mismos.
Separar esas dos horas es el primer reto. Sobre todo, si estamos apenas en el inicio de nuestro deseo de independencia personal para mejorar. No podemos empezar a pensar ´por nuestra cuenta si no somos capaces de vernos mentalmente viviendo dos horas a la semana de forma independiente y con la total autonomía de nuestros pensamientos. El lugar para estas dos horas de encuentro con nosotros mismos puede ser mientras hacemos una caminata, sentados en la banca del parque o podemos ir a alguna biblioteca, este es un excelente lugar.
A esos ratos de dos horas conviene llevar cuaderno y pluma para anotar las posibilidades que se nos ocurran, anotamos los nombres de los libros por leer, de los nombres de las personas que consultar. Esas notas que tomaremos son los materiales que empezaremos a usar para cultivar nuestro propio jardín profesional, son los implementos de siembra y cultivo, vamos a resolver nuestro caso, es decir nuestra vida de trabajo.
Podemos imaginarnos un trabajo nuevo en el cual podamos hacer cosas que actualmente no hacemos, imaginarnos haciendo algo parecido al excelente trabajo de un amigo, podemos comparar nuestro trabajo con otro trabajo mejor. Poco a poco, anotando en esas dos horas de cada semana, empezaremos a aprender a leernos para encontrar la forma de ser mejores.
Tomemos el control acerca de nuestro futuro destino y nuestro futuro quehacer. Por lo general, los llamados de la vida los dejamos al ahí se va, al azar: encontrar novia, seleccionar estudios, encontrar trabajo y definir en que nos gusta trabajar. En estas dos horas semanales, se vale lanzar la imaginación como papalote al aire. Trabájate y te conquistarás, así sabrás cultivarte para dar tus propios frutos, tus mejores frutos.
Vive dos horas contigo cada semana, empecemos preparando, conociendo y administrando nuestra ambición.