La retención de las mujeres en ingeniería es un problema persistente que no termina. Aún cuando son capaces de vencer los obstáculos ´para entrar en esta profesión, las mujeres abandonan esta carrera con más frecuencia que los hombres, muy a menudo a causa del estrés que viene acompañando al hecho de ser mujer en un campo dominado por los hombres.
El estrés puede ser muy evidente, como en los casos en que la mujer enfrenta discriminación a acoso, pero también puede ser sutil, como cuando la mujer siente que sus contribuciones son subestimadas comparadas con las que presentan los hombres a causa de que los roles y actividades han sido pensados para el género masculino. Cuando se experimenta a diario lo anterior, este tipo sutil de estrés puede ser agotador.
Para determinar lo anterior se entrevistaron 330 ingenieros (43% mujeres y 57% hombres) entre los años 2013-2017, y se tuvieron conversaciones con más de 20 mujeres ingenieras en conferencias profesionales en los Estados Unidos y en Canadá. La edad en estos grupos varió entre 22 y 50 años y ellos trabajan en muchos subcampos de la ingeniería.
Los datos obtenidos proporcionan una clara idea sobre la identidad profesional y las experiencias de trabajo. Las conclusiones, combinadas con los resultados de otros estudios sobre identidad y resiliencia sugieren que las mujeres ingenieras experimentan estrés de casos sutiles y no tan sutiles acerca de la subvaloración de su trabajo y de sus habilidades. Este estrés aumenta la percepción de las mujeres respecto a no encajar bien en esta profesión y provocan que las mujeres empiecen a considerar retirarse de la ingeniería. Pero también se identificaron estrategias importantes de resiliencia que las mujeres usan para vencer el problema.
Tan pronto como inician su vida profesional, las personas que estudiaron ingeniería aprenden que hay dos tipos de habilidades que se requieren, habilidades "duras"-tales como habilidad técnica y habilidad para la solución de problemas-, y habilidades "suaves" -habilidades de comunicación, interrelación, trabajo en equipo-. También aprenden que estas habilidades "duras" generalmente son consideradas más masculinas, más valoradas y de más estatus y que las habilidades "suaves" son generalmente consideradas como más femeninas y de menor estatus.
La investigación muestra que las mujeres ingenieras sienten que se les asignan generalmente, trabajos que no son puramente técnicos. Los demás tienden a considerar las habilidades suaves como "menos alineadas" con lo que consideran la ingeniería real porque hay una tendencia a definir la ingeniería "real" en términos de habilidades técnicas y valores propios de un especialista técnico.
Cuando las mujeres desempeñan roles que son subestimados ello refuerza el estereotipo acerca de que las mujeres ingenieras tienen menos habilidades técnicas, provocan que ellas se sientan menos respetadas y crean la ilusión de que no son ingenieras de verdad. Cuando uno siente la empresa no valora su trabajo y su forma de ser, se experimenta un estrés crónico.
Para que las mujeres ingenieras desarrollen resiliencia en el ámbito profesional, es conveniente que se pregunten a sí mismas que es lo que quieren. Muchas veces le hacen más caso a la presión externa ejercida por otros que a la voz interna propia y ello provoca sentimientos de no ser auténticos. Se debe privilegiar la propia decisión en lugar de reprogramar las motivaciones propias y alinearse con la perspectiva de la mayoría de la gente.
Una forma de sentirnos más auténticos es reflejarnos en nuestros valores personales y profesionales. Las ingenieras deben preguntarse a sí mismas: ¿Qué es y qué no es importante para mí? ¿Qué tipo de experiencias profesionales son más atractivas para mi y cómo puedo obtenerlas? ¿Qué apoyo necesito y de quién? ¿Cuáles son mis fortalezas y mis debilidades y que es lo que quiero cambiar de mí?
Las mujeres ingenieras deben estar conscientes acerca de las decisiones que deben tomar en sus roles, trabajos y oportunidades de carrera. Cuando se presente una promoción o una oportunidad de crecer profesionalmente, es muy importante desarrollar el hábito de preguntarnos a nosotros mismos ¿Estoy aceptando esta oportunidad porque me gusta y porque embona con las metas que me he propuesto? ¿O estoy aceptando porque alguien más piensa que embona en las habilidades que poseo? Esto no significa que debamos desechar trabajos sin explorarlos, al contrario, uno debe escucharse a sí mismo respecto a que trabajo embona más con las propias aspiraciones.
La investigación refleja que las mujeres ingenieras experimentan estrés proveniente de la tendencia de género que muestran los roles de ingeniería y por consecuencia perciben que su trabajo y sus roles están devaluados en su profesión. Reflejando más lo que ellas quieren de su trabajo, las mujeres en ingeniería pueden ser más resilientes para encarar el estrés y crear de esta manera una carrera profesional con sentido y de largo plazo.
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