Tradición. Pese a su edad doña Esperanza acude cada año al panteón a visitar a sus difuntos. (MARY VÁZQUEZ)
A sus más de 80 años, doña Esperanza Martínez, todavía "religiosamente" acude al panteón del ejido Lequeitio, a visitar a su esposo y a sus tres hijos. Son ya algunos 62 años de acudir y dice que lo seguirá haciendo , mientras "Dios lo permita".
Doña Esperanza vive en el ejido Coruña y por su avanzada edad tiene dificultad para caminar, pero repite que seguirá visitando a su "viejo" quién falleció hace 25 años y sus hijos. El primero de ellos falleció cuando ella tenía 25 años.
En la celebración del Día de Muertos reúne hasta 20 personas de su familia, entre hijos, nueras, nietos y bisnietos, quienes desde temprano arriban al camposanto para arreglar las tumbas, luego, después degustan los alimentos que cada familia lleva.
Quienes también llevan la tradición muy arraigada son las hermanas Lara García, del ejido Florida. Platican que desde pequeñas sus padres les inculcaron asistir al panteón, desde muy temprano, pues hay que acudir a misa, luego de arreglar las tumbas y al mediodía rezan el Rosario, pero de una forma muy peculiar, pues lo cantan con una entonada parecida al canto cardenche. Cuentan que su madre les enseñó, porque así se cantaban en la época de la guerra Cristera y ellas transmiten la tradición y sus hijos y nietos y esperan que la tradición siga en las siguientes generaciones.