Por naturaleza le buscamos explicación a todo aquello que nos rodea, en tiempos primitivos le concedíamos un relevancia amplia a las fuerzas naturales y místicas que gobernaban los acontecimientos a los cuales no se les encontraba otra explicación más que impulsos sobrenaturales.
En el caso de las artes existe una fundamentación que de alguna forma intenta explicar el porqué de la obra, de hecho estas bases coinciden con corrientes de pensamiento afines al autor o al contexto en el que fue creada la obra. La importancia de conocer dicho fundamento radica en que entonces se conoce la pieza de forma global. No se trata de interpretaciones, se trata de aquello que fue necesario para que esa pieza tuviera sentido en su realidad –aunque el fin último de algunas incluso sea romper con ese sentidomucho se debate al respecto con el arte contemporáneo, que es necesario conocer o involucrarse en la obra para para “Entender” lo que el artista está exponiendo, por ello la relevancia de las cédulas y el Statement que es básicamente la declaración o dejar en claro lo que se está presentando. Lo cual se entiende como una responsabilidad del autor, para que el público se sienta o crea involucrado. Lo cual resalta la cuestión de que en obras de un corte más tradicional puede el autor librarse de esta responsabilidad.
Si bien carezco de la respuesta, dicha situación me planeta otros cuestionamientos. El primero que tiene que ver con una exposición de naturalezas muertas y bodegones que estuvo exhibiéndose hace un par de meses en el museo Arocena. Ahí en cierta apariencia es totalmente entendible el tema y de que se trataba el tema. Pero hasta cierto punto esto es cierto porque en primer lugar por las fechas de realización de algunos óleos, había alimentos y plantas que no son como los conocemos tal cual o que al ser autores principalmente del centro del país no son los más usuales aquí en la región. Entonces quizá con este ejemplo sencillo se ponen de manifiesto que detrás de cada obra existen sustentos que juegan con pensamientos filosóficos, metáforas incluso con elementos históricos, que invitan a cuestionarse si se trata únicamente de ver lo que esta “A simple vista” esa declaración que se hace de las obras nos indica que realmente no estamos acostumbrados a involucrarnos en todo lo que está implicado en una obra. Ahora con los estudios en neurociencias es posible saber que en un lienzo el recorrido que hacemos está guiado principalmente un número limitado de elementos que llaman nuestra atención y por ende lo que percibimos sigue ese trayecto, naturalmente dejando otros aspectos de la obra de lado.
En este caso el papel de la atención juega un rol muy importante, ya que esta es como un faro que ilumina solo aquello que nos resulta relevante. Pero si contamos con un antecedente este faro puede verse ampliado o modificado y entonces nos permitirá una mejor comprensión de lo que estamos percibiendo.
Quizá hasta las obras nos sirvan de espejos sobre aquello que no podemos ver en nosotros pero que si nos es devuelto como un reflejo nos podamos entender mejor.
