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Ensayo sobre la cultura

El futuro

Cuando escribo estas líneas, no se sabe quién ganó las elecciones. Cualquier cosa que se nos plantee en esta semana, debe de hacernos reflexionar, y sobre todo a los políticos, de todos los partidos, a quienes desde hace tiempo se les perdió la brújula.

Supongamos que gana el de siempre: Pueden pensar que al pueblo se le puede seguir dando atole y éste va a seguir aguantando las injusticias, o permitiendo que se comercia con los bienes de la nación en beneficio de los intereses de unos cuantos. Detrás de la gasolina y la electricidad, se privatiza el agua. No se les vaya a ocurrir privatizar el aire para que se nos cobre por utilizar ventanas o nuestras narices. El sistema es el de la corrupción con mucha demagogia, que ha permitido que se dé el fenómeno Duarte capaz de traficar con el medicamento necesario para el pueblo en beneficio de sus fortunas personales. Dejar endeudado al estado bajo el mismo beneficio, contabilizar tanto gobernador que utilizó el puesto para convertirse en millonario, significa su vergüenza. ¿Pueden seguir con la cabeza en alto?

Lo que ha perdido el de siempre es la dignidad, y a nosotros nos ha acostumbrado a vivir en un sistema corrupto donde hemos tenido que sobrevivir. Ni así tenemos futuro. Dependemos de un país que nos desprecia y ni siquiera tenemos la fuerza para darnos a valer. Consumimos hamburguesa, con nulo valor nutricional, en lugar de los tamales, el pozole, el mole y demás. Nos falta industria y tecnología, seguimos siendo de los pueblos atrasados, pusieron en subasta al país. Vendemos materia prima en lugar de productos terminados y esto ya se sabe, nos mantiene en el subdesarrollo.

Si gana la izquierda satanizada; entonces, el riesgo que se corre es la inflación galopante de Venezuela o el bloqueo cubano. Venimos de un sistema de corrupción y se nos promete que nos van a regalar por cualquier motivo sin decirnos de donde va a salir la economía que soporte tal dispendio de riqueza. ¿Del petróleo? Eso decía Venezuela. ¿Del oro y de la plata? Los números no salen. Por qué motivo no se puede aplicar el ¿cada quien según sus posibilidades y cada quien según sus necesidades? Porque el de las posibilidades tiene que hacer un esfuerzo constante y una entrega total para producir lo que produce. Y el de las necesidades, no sobra; si no existen, se inventan. Hubo algo que se llamaba banco agrario que a todos los campesinos refaccionaba, pero que nunca se preocupó mucho por cobrarles. El banco ya no existe porque quebró; un sistema con tales características va a la quiebra. Los únicos que sacaron tajada son los que administraban el sistema.

El dar empobrece, si no sabes dar. A fin de cuentas, países como Cuba, subsisten si haces responsable al pueblo, y en este caso, lo tienes que hacer responsable a fuerzas. Si nada más das, por mantenerte en el poder, las devaluaciones significan la hambruna.

Yo siempre dicho que la riqueza no es lo que se reparte. Los ricos emigran con lo que puedan hacer líquido; las empresas que queden van a quebrar porque serán manejadas por manos irresponsables, a beneficio personal, como pasa con todas las empresas públicas, ejemplo, Petróleos, la cooperativa de Excélsior y muchas más. Lo que se reparte es la pobreza.

Los de en medio tampoco salen limpios. Ya probaron que se pueden equivocar en el gobierno. No por pertenecer a ciertas clases sociales, augura que sean buenos administradores o que no sean corruptos. Insisto, la democracia no se hizo para que gobernara el niño lindo y decente. Los reyes eran lindos y decentes, pero muchos de ellos resultaron ineptos, corruptos. España es de los países más católicos del mundo, y fue de los más atrasados de Europa. O sea, que ni siquiera por ser muy religiosos, se supone la justicia.

En el futuro, la única forma que tenemos para salir es por medio del trabajo inteligente. Hay que hacer industria. El trabajo debe de ser un medio de realización humana y no un castigo. También, tenemos que tener responsabilidad, sobre todo al momento de manejar los bienes comunitarios. Tenemos que tener entrega, carácter. Voz para exigir y nobleza para dar.

De otra forma, no veo cómo.

Los partidos pequeños no son más que la escoria de la política. Personas que han encontrado una buena forma de vivir, lucrando con las necesidades como zánganos que chupan la sangre al pueblo. Aunque estos partidos dan la sorpresa, como el nazi en Alemania, el fascista italiano.

Por lo pronto, el único futuro que puede tener su familia es el que usted mismo le forje.

  Por: José Luis Herrera Arce

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