Los mayas
Una de las grandes culturas que surgen en el sur del país son los mayas; su inicio comienza en la actual Guatemala y se extiende por todo el estado de Chiapas, para terminar, su último florecimiento, en Yucatán, donde es posible apreciar la influencia Tolteca, sobre todo, con el sincretismo de kulkulcán con Quetzalcóatl.
Si sabemos poco de las culturas del altiplano, mucho menos conocemos de los mayas. Tal vez nuestro imaginario no va más allá de la inmensidad de construcciones que se encuentran dispersas por su territorio, ya cuando nos preguntamos de personajes en concreto, difícilmente se nos ha hablado de ellos, por ejemplo, la reina roja, o su esposo, Pakal.
Los documentos originales mayas fueron destruidos y rescatados por la misma persona, el obispo de Yucatán: Diego de Landa. De ellos, se nos habla de tres libros: el Popol Vuh, el Chilam Balam y una obra de teatro: Rabinal Achi.
En el Popol Vuh, viene una leyenda que tiene relación con el juego de pelota que posee connotaciones místicas. Voy a tomar la sinopsis del mito, del libro Los mayas, escrito por Diana Pozuelos Lorenzo:
"Los gemelos de la primera generación humana se llamaban I-hunahpú (I Cerbatana) y 7 hunahpú (7 cerbatana). Estos fueron derrotados por los principales señores de Xibalbá que les sacrificaron y enterraron sus cuerpos en el lugar de sacrificio del juego de pelota y luego colgaron la cabeza deI Hinahpú de un árbol de jícaras. Una doncella llamada Xkik (Mujer de la sangre) vio la cabeza colgada del árbol, la confundió con una jícara y la cogió, manchándose de la saliva de la calavera muerta, lo cual la dejó embarazada. La mujer dio a luz a otro par de gemelos, que serán los héroes del mito de la creación , llamados Hunahpú (Cerbatana) e Ixbalamque (Joven Jaguar). Los gemelos crecieron en paz hasta que se hicieron adolescentes y de manera casual encontraron los equipos para jugar a la pelota, de su padre y de su tío. Con ellos, se fueron al juego de pelota de la ciudad y comenzaron a jugar y a reír en voz muy alta, lo que molestó de nuevo a los señores de la muerte de Xibalbá. Siete días después de jugar de manera continuada, los señores de la muerte mandaron a sus búhos a llamar a los gemelos para que se presentaran ante ellos. Cuando los gemelos bajaron al Xibalbá, los señores de la muerte les pusieron muchas pruebas y trampas para matarlos, pero ellos muy astutos e inteligentes salieron muy airosos de todas ellas. Desesperados, los señores de la muerte les invitaron a jugar a la pelota y durante varias noches jugaron y tuvieron que superar engaños de todo tipo. Uno de esos engaños fue el de pasar la noche en la Casa del Murciélago en la que por un descuido Hunahpú perdió la cabeza. Los señores de la muerte creyeron que habían vencido, pero Ixbalanqué sustituyó la cabeza de su hermano por una calabaza y siguieron el juego utilizando como pelota la cabeza de Hunahpú hasta que su hermano en un despiste de los señores de la muerte, la volvió a poner sobre su cuerpo y devolverle la vida. Después de ver que no les vencían, los señores del inframundo les mandaron matar y sus restos fueron esparcidos por el río del averno, pero cinco días después, sus restos se juntaron y resucitaron. Este nuevo renacer, les había dado el don de devolver la vida a los muertos y los señores de la muerte al enterarse de este don, les pidieron que les devolvieran la vida. Los gemelos mataron a los señores de la muerte, pero no cumplieron su promesa y no les devolvieron la vida. De este modo, los gemelos victoriosos ascendieron al cielo para convertirse en la luna y el sol".
En esta historia, hay un pasaje que me divierte mucho, es cuando la abuela manda llamar a sus nietos, encargándole el recado a un piojo, que después es comido por un sapo, y el sapo por una culebra y ésta por un gavilán. Cuando el último llega frente a los gemelos se van vomitando los unos a los otros hasta que el piojo le puede dar la información que les mandaba la abuela.
Como éstas, en los libros se pueden encontrar muchas leyendas que son parte de nuestra cultura. Por desconocimiento, nos dejamos impresionar por muchas historias extranjeras sin saber que nosotros las tenemos mejores. La modernidad ha venido aniquilando las historias míticas por considerarlas fantasiosas, pero es precisamente esa fantasía la que construyó las culturas impactantes que ahora admiramos.
Si el sistema educativo nos acercara a ellas, haría un gran favor a las nuevas generaciones que andan sumamente perdidas en cuanto a valores y sentidos de la vida. Para la semana que entra, comenzaremos a explorar nuestro lado europeo.
Por: José Luis Herrera Arce
