José Luis luce fresco, si no fuera por el collarín que apenas le permite moverse quizá seguiría bailando, como lo hizo en la fiesta de 15 años a la que vino a Durango desde Oregón, Estados Unidos. (EL UNIVERSAL)
Por la ventanilla del avión Embraer 190 de Aeroméxico, José Luis Corral, un empresario de 52 años, miraba el fuerte viento acompañado de una tromba que azotaba en el estado. Así intentó despegar el vuelo AM2431 y José Luis, padre de cinco hijos, pensó que todo estaría bien.
José Luis luce fresco, si no fuera por el collarín que apenas le permite moverse quizá seguiría bailando, como lo hizo en la fiesta de 15 años a la que vino a Durango desde Oregón, Estados Unidos.
El sobreviviente del vuelo accidentado en Durango duda en un inicio en hablar, pero después se suelta. Va a bordo de un taxi que lo llevará a un hotel de la ciudad para descansar: "Yo pensé que se iba a ir al barranco", es lo primero que comenta.