Casa Hoyo 14, Mérida. Foto: David Cervera/Muñoz Arquitectos
En Muñoz Arquitectos han establecido que la concepción de un proyecto es un proceso personal. Una vez formulada la propuesta individual es sometida al juicio de los otros integrantes del taller.
Hace 26 años nació Muñoz Arquitectos (MA), el despacho de Javier Muñoz, un yucateco que ya desde sus tiempos de estudiante laboraba como proyectista.
En ese lapso la firma se ha convertido en una presencia constante en bienales nacionales, presenta sus modelos con el objetivo de transformarlos en obras y así, seguir dejando huella tanto en territorio nacional como en suelo extranjero.
El equipo, uno que suma dos decenas de integrantes, ha diseñado templos, oficinas de gobierno, macromercados, casas de interés social, residencias urbanas y costeras, incluso monumentos.
Una frase recurrente en el ideario de MA es que la libertad se conquista.
Para ello, la cofradía recorre un camino similar al de su fundador. Los nuevos talentos ingresan en la oficina ya sea como egresados o bien todavía como estudiantes de universidades como la Autónoma de Yucatán, la del Mayab y la Marista. A mayor antigüedad dentro del despacho, mayor independencia para tomar decisiones.
En Muñoz Arquitectos han establecido que la concepción de un proyecto es un proceso personal. Una vez formulada la propuesta individual es sometida al juicio de los otros integrantes del taller, se escuchan todas las opiniones y con base a esa discusión y retroalimentación se define el rumbo a adoptar.
Desde su fundación, MA tiene un jefe de taller, el arquitecto Gareth Lowe, quien además de coordinar y repartir las tareas hace de “abogado del diablo”, en el entendido de que una de sus tareas fundamentales es cuestionar las soluciones planteadas por los miembros del equipo y poner a prueba cada proyecto.
En un año, la gente de Javier Muñoz ejecuta entre 25 y 40 proyectos, con variaciones sustanciales en las escalas y los montos económicos. Ellos desarrollan todos los aspectos arquitectónicos y si llegan a requerirse ingenierías muy específicas, subcontratan oficinas. Desarrollan una labor encaminada a imprimir en la superficie y los materiales tanto la capacidad como la pasión por el oficio.
Al inicio y por varios años, además de diseñar, MA construía las obras que trazaba. Luego, dejó de involucrarse en la edificación, aunque eso no significa que ya no les interese la concreción de sus ideas pues, “una excelente ejecución es el colofón de un gran proyecto”.
No fue una decisión fácil, si bien les permitió enfocarse en el trazo de inmuebles, se percibe menos dinero.
En cuanto al trato con sus clientes, la oferta de estos proyectistas es hacer lo que creen correcto, no traicionar convicciones, ejercer con apego a la ética.
Universidad Marista, Mérida. Foto: Muñoz Arquitectos
OBRAS PRINCIPALES
El Mercado Municipal de San Benito y la Universidad Marista en Mérida, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Yucatán, el Edificio Corporativo de Cemex en Monterrey, Nuevo León, el Teatro del Bicentenario en León, Guanajuato, y varios espacios departamentales en Cancún, Quintana Roo, han aportado más prestigio al despacho yucateco.
De momento, la cereza en el pastel, una de la que fueron responsables Javier Muñoz Menéndez, Jorge Bolio Rojas, Juan Carlos Seijo Encalada y Aaron Carrillo, es el diseño del complejo para el Senado de la República, en la Ciudad de México, inaugurado hace siete años, en abril de 2011, luego de varios años de construcción y contratiempos.
Los trabajos realizados sobre el Paseo de la Reforma casi esquina con la avenida Insurgentes representaron un gasto de 2 mil 300 millones de pesos sobre una superficie de 9 mil metros cuadrados.
El equipo concibió la idea de un patio circular que se conecta a través de recorridos exteriores o interiores. A Javier Muñoz le encantan las áreas verdes, encajan a la perfección en su concepto del oficio: “El jardín tiene una potencia enorme dentro de la arquitectura, (...) construida con lodo o con granito la buena arquitectura no debe ser cara”.
Las oficinas de los miembros de la cámara alta se distribuyen en un semicírculo dividido en 32 partes, una por cada entidad federativa. En el centro hay un asta bandera. Sobre el mismo eje del asta se ubicó la torre de comisiones. No obstante, el elemento más representativo es el Salón del Pleno, una planta elíptica y truncada de la parte superior. El salón se proyecta al Paseo de la Reforma, le da forma a la torre y al hemiciclo, sigue el precepto del rigor geométrico.
El complejo oficial ocupa los terrenos del fondo del lago en los que alguna vez se alzó Tenochtitlán. En la estructura se emplearon 16 mil toneladas de acero, suficiente para garantizar eficiencia la contra sismos y enfrentar el hundimiento constante del suelo.
PROYECCIÓN
La firma tiene programada una salida fuera del país en mayo próximo. Muñoz Arquitectos formará parte del pabellón mexicano en la 16 Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia.
Es uno de los 21 despachos seleccionados dentro de la propuesta curatorial Echoes of a Land, el título hace referencia a las acciones o ecos que la sociedad deja en la tierra a partir del proceso de apropiación. Otra forma de ponerlo: se abordarán los modos en que los seres humanos habitamos el espacio natural.
La selección del equipo yucateco se debe a que su propuesta, además de tener calidad, entreteje naturaleza con innovación arquitectónica y memoria histórica.
La arquitectura, como la concibe Javier Muñoz, es una de las maneras más bonitas de dar felicidad a las personas, consiste en crear lugares donde la gente viva feliz. La finalidad del arte de los materiales, afirma el proyectista, es satisfacer al ser humano.
Se trata, desde su perspectiva, de una responsabilidad, porque construir es caro y porque entre sus clientes hay quienes le confían a la firma los ahorros de la vida o una parte importante de su capital. También se tiene un compromiso con la sociedad a la hora de crear edificios. Las ciudades, expone, se forman de arquitecturas y de espacios públicos.
“Nosotros somos protagonistas a la hora de crear entornos urbanos”, compartió en una entrevista para un negocio especializado en materiales de construcción.
Procudaría General de Justicia, Mérida. Foto: Muñoz Arquitectos
PASOS FIRMES
La primera obra significativa de MA, según su fundador, llegó en 1994: la Capilla Guadalupe, en su Mérida natal.
Esa pieza marcó su carrera. Otra faceta que nutrió el panorama de Muñoz fue la de profesor. Dar clases en la Universidad Marista le ayudó a pulir el entendimiento sobra la responsabilidad del arquitecto.
Ya con más de un cuarto de siglo al frente de MA, el proyectista yucateco considera que su oficio consiste en hacer cosas buenas, no bonitas, en irse por lo apropiado para cada caso y no por el capricho.
La Capilla Guadalupe se ubica en el centro de unos jardines, ocupa una superficie de 1 mil 350 metros cuadrados. Se trata de un envolvente templo surgido de la observación atenta de la imagen de la Virgen de Guadalupe. La composición se rige por una elipse de proporción áurea. MA plantó una cubierta compuesta por una losa rectangular que no llega a tocar los muros de la elipse.
La iluminación y la ventilación son naturales. Un muro de cantera roja sirve de retablo para el altar. Al oriente se plantó un rosal que representa el milagro floral de Juan Diego.
Otras señas de identidad del prolífico despacho son trazar inmuebles que interaccionan con su entorno; usar la luz para dotar a una fachada de otras caras; fundir arquitectura e identidad corporativa en una edificación.
La meta que persiguen Muñoz Menéndez y su equipo es sembrar, en los espacios que les son encomendados, muestras de pericia profesional y de una personalidad forjada en el cálido clima de la península de Yucatán.

