27 de septiembre, 1821.
(Primera de dos partes)
La lucha por la Independencia de los Estados Unidos a partir de 1775, así como las ideas liberales que alimentaron la Revolución Francesa (1789) y la Constitución de Cádiz (1812), tuvieron un gran impacto en los movimientos de la América Española: El documento de Cádiz abolía la Inquisición, puso en vigor medidas antifeudales, así como la libertad de imprenta, entre otras disposiciones importantes. Para esta etapa histórica, en la Nueva España, los insurgentes mantenían su lucha por la libertad a partir del Grito de Dolores en 1810, aunque parecía extinguirse.
Después de 11 años, solo algunos insurgentes encabezados por el Gral. Vicente Guerrero y don Pedro Ascencio en las montañas del sur, lidiaban contra el asedio español.
Sin embargo, la restauración de la Constitución Española movió a los peninsulares de América por sus intereses. Empezaron a conspirar en las Juntas de la Profesa, ahora pretendiendo independizarse de España.
Buscaron un militar que se encargara de combatir y derrotar a Guerrero; sugirieron al virrey Juan Ruiz de Apocada (1816-1821) comisionara a Agustín de Iturbide para esta tarea. Nacido el 27 de septiembre de 1783 en Valladolid (Morelia), también asistía a las Juntas de la Profesa y combatía a los insurgentes.
Pero no fue fácil la tarea: derrotado en algunos enfrentamientos por las fuerzas de Guerrero, quien conocía las intrincadas montañas del sur, Iturbide, hábil político, cambió de planes. Decidió buscar a Guerrero, con quien se reunió en Acatempan el 10 de febrero de 1821.
Iturbide había elaborado un plan con los puntos básicos: 1) Unidad religiosa, manteniendo el catolicismo como religión única, para atraer a su proyecto a la élite de la Iglesia; 2) independencia total de España, buscando establecer una monarquía constitucional; 3) unión de todos los habitantes sin distinción de razas ni clases sociales para ocupar puestos públicos, punto que había sido el descontento principal de los criollos en 1810.
Varios jefes militares afines, se unieron al plan que Iturbide les había dado a conocer anticipadamente, lo mismo que a los principales líderes de opinión, así como a su ejército, que juró este plan el 24 de febrero de 1821, en Iguala. Un sastre de la población de nombre Magdaleno Ocampo, confeccionó la primera bandera nacional con los tres colores: blanco, verde y rojo, en ese orden, colocados en franjas diagonales, que históricamente fue evolucionando, hasta como hoy la conocemos.
Después de algunas batallas que derrotaron a las fuerzas realistas ya dispersas, el 27 de septiembre de 1821, aniversario del natalicio de Iturbide, el Ejército Trigarante hizo su entrada triunfal a la ciudad de México, donde Iturbide, desde el Palacio Nacional, arengó al ejército y a todos los mexicanos: “Ya sabéis el modo de ser libres; a vosotros toca señalar el de ser felices”.
Claudio Taboada Elizalde.
Comarca Lagunera.