Más sobre el suicidio
Son diversos los motivos para tomar la decisión de privarse de la vida, vida que nos dio Nuestro Señor por medio de nuestros padres, pero es raro el que lo hace sin más ni más, normalmente hay indicios y causas de la posibilidad de que alguna persona lo cometa, pero ahora voy a tratar sobre las personas que “ amenazan” con hacerlo y que la mayoría de las veces no llegan nunca a cumplirlo.
Tengo un buen amigo, en El Paso, Texas, es ciudadano estadounidense pero su padre, mexicano de Michoacán y de joven se dedicaba a importar a Estados Unidos, productos de México, creo recordar que frutas y verduras; conoció y acabo casándose con una hermosa mujer norteamericana.
Mi amigo pasá algo de apuros económicos, esto es limitaciones y con el tiempo, sirvió a su país en la guerra de Corea,( aunque no vio acción bélica) y posteriormente fue policía de la ciudad y pensaba aplicar para agente del F.B.I., pero por los peligros que corría en su calidad de policía y ante la desgracia de perder a su compañero de oficio (lo mataron por la espalda), además de la constante amenaza de “brutalidad” policiaca por par te de malos ciudadanos, decidió retirarse y empezó como vendedor de automóviles, y posteriormente a vender bienes raíces.
Cuando empezó a tener mejores ingresos, compro una pequeña casa no muy cara y la rentó para tener un ingreso, que aunque modesto, era cada mes.
Rentó la casa a una señora, también de origen mexicano, que le pagaba puntualmente la renta por un tiempo al menos, pero la pobre señora, por motivos que desconozco, sufrió una doble desgracia, su marido la apuñaló y por consiguiente fue a dar al hospital y él a la cárcel.
Fue cuando dejó de enviar el pago de la renta; al ir mi amigo a visitarla para el pago de renta, la señora
lo pasó y le dijo lo que había pasado, mi amigo le dijo que podía esperarla un tiempo en el pago de renta; el mes siguiente mi amigo me enseñó una carta de la señora en la que le informaba: Si me sigues cobrando renta, me voy a suicidar y tu vas a tener la culpa.
¿Que hago?, me dijo, pera no me acuerdo si yo lo aconsejé o a él se le ocurrió, pero, la fue a ver de nuevo, y la señora, como la vez anterior, lo pasó a la casa y entonces vio tres jóvenes de más de dieciocho años, sentados viendo televisión y tomando cervezas; mi amigo le dijo ¿quiénes son?. Y le dijo la señora: son mis hijos.
¿Y en qué trabajan? No, no trabajan, van a estudiar.
A lo que mi amigo le dijo, pues señora póngalos a trabajar y así me puede pagar la renta.
Algún tiempo después, volví a El Paso y fui a visitar a mi amigo, fuimos a comer y de pronto me acorde’ de la señora de esta historia y le dije ¿oye, qué pasó con la señora que no te pagaba
la renta?.
Me contestó: ya me esta pagando puntualmente.
Pregunté y ¿cómo le hiciste...?
Y me dijo, yo también le mandé una carta que decía: Si no me pagas la renta, el que se va
a suicidar soy yo y tu vas a tener la culpa.
Santo remedio y fin de la historia. No obstante, hay que tomar en serio algunos casos, que más que amenazar, dicen que están considerando quitarse la vida y una atención a tiempo los puede salvar.
Raymundo Portilla Fernández
Comarca Lagunera