"Abuela, te voy a contar una historia. Se trata de una dama y un caballero, la dama era muy bonita, pero el caballero le pegaba; sus dos niñas se tapaban los ojos y lloraban... yo le tapaba los ojos a mi hermanita para que no los viera y llorábamos", le contó Ruby, una niña de cuatro años, a su abuela y bisabuela.
Ella es hija de Perla Guadalupe Trejo Durón, asesinada el pasado 7 de noviembre, al parecer, a manos de su pareja.
Ella cargó la foto de su madre durante la marcha del 25N que se desarrolló el pasado domingo en Torreón. "Es mi mamá Lupita la de la foto, fuimos con las mujeres, ¿verdad abuela?", dice la niña.
La niña a veces grita, en otras ocasiones ríe a carcajadas sin poder detenerse. Lourdes su abuela y Luz, su bisabuela no saben por qué.
El 6 de noviembre, Ruby y su hermanita Romina de 3 años, perdieron a su madre y a su padre, pues ese día Perla Guadalupe fue asesinada y su pareja Martín, figura como el probable responsable por lo que se encuentra en el Cereso. Las familias víctimas de feminicidio, además de cargar con la pena y el dolor que la pérdida de manera intempestiva y violenta de un ser querido trae consigo, deben asumir la responsabilidad del cuidado y la crianza de los hijos e hijas de las víctimas. Este es el caso de Lourdes, quien además de ser el sostén principal de sus cuatro hijas, (18, 13, 9 y 6 años de edad) debe hacerse cargo de Ruby y Romina. La situación se ha tornado más difícil pues la mujer no cuenta con un trabajo formal, se dedica a la venta de quesos y chorizo junto con su madre Luz, y el único ingreso seguro que tienen es la pensión de su padre, un hombre de 63 años, que además trabaja en lo que puede. Si el aspecto económico es difícil, el emocional lo es aún más.
"Nos ha ido mal. Mis nietas le hablan, le gritan, la extrañan, a veces no sé qué decirles. La más grande sí entiende, sabe que su mamá está en el cielo, pero la más chiquita no, de repente se le olvida. La más grande consuela a la chica 'no mi amor, mamá Lupe está en el cielo con Diocito', pero de repente lloran y dicen: 'yo quiero a mi mamá, yo quiero a mi mamá'", narra Luz.
Otros días, Ruby le dice a sus abuelas que habla con su mamá "Lupita".
"Allá está mi mamá Lupe, ya platiqué con ella. Abuela préstame el celular para hablar con ella... 'Sí amá, sí amá, yo si me quiero ir, pero mi mamá Lourdes no me deja'", le dice la niña cuando toma el teléfono.
Ayer Lourdes y Luz acudirían a la Fiscalía para ver lo relacionado con la ayuda psicológica, que por ley se brinda en estos casos y ya son asesorados por el grupo "Madres Poderosas", quienes son mamás de las víctimas de feminicidio. Activistas han pugnado porque los huérfanas de feminicidio reciban salud, educación y recursos del Estado.
Justicia
Perla fue asesinada a puñaladas. Su pareja Martín, de 26 años, se encuentra en el Cereso. Lourdes, mamá de Perla, es testigo del crimen, pide un castigo ejemplar para el probable responsable.
2 HIJAS
Dejó Perla Guadalupe. Ahora su madre tiene a su cargo a cuatro hijas y dos nietas.