Foto: El Universal/EVZ
El escritor Ignacio Solares está en una etapa de escepticismo, de desencanto hacia la política y los políticos a los que llama una horda de fieras que andan sueltas. No obstante, sigue muy atento a la realidad mexicana. No será la misma, opina, tras Donald Trump: "su locura nos ha marcado y nos marcará aún más".
El narrador y dramaturgo mexicano asegura que en nuestro país "estamos rodeados de fieras". "Este es un zoológico donde las fieras andan sueltas". Esa realidad brutal lo ha llevado a refugiarse en las fugas ascendentes, como el arte, la literatura, la pintura, el espiritismo, el misticismo, la religión y la vida después de la vida. "Ante mi pobre realidad cotidiana, me he refugiado en ese mundo mágico".
El autor de Delirium Tremens, La noche de Ángeles y Madero, el otro, que además es colaborador de El Universal, asume su nuevo libro de cuentos Prolongación de la noche (Alfaguara), como un gran resumen de lo que ha sido su vida creativa. Asegura que en esos 47 relatos están todas sus preocupaciones y obsesiones; su pasión por la noche y los sueños, por el espiritismo, por la muerte, por la religión y por la vida.
Solares también ha incursionado en el teatro. En ese género tiene 11 obras como El problema es otro y la sátira política El gran elector. Fue jefe de redacción de la revista Plural, director de Teatro y Danza en la UNAM de 1994 a 1997, director del Departamento de Literatura de 1997 a 2000 y coordinador de la dirección de Difusión Cultural de la UNAM de 2000 a 2003.
"Tengo la impresión de que este libro es un resumen de lo que me ha preocupado, obsesionado; de alguna manera me era necesario escribirlo así, no me imagino de otra manera. El libro se fue haciendo poco a poco, incluso diría que se fue haciendo sólo porque yo escribo poco, no tengo horario para escribir, no tengo una disciplina sino más bien espero que me patee la musa", dice el escritor nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua, en 1945.
¿Entre sus preocupaciones no está la realidad?
Prefiero esconderme del mundo de afuera, de la política, y refugiarme en mi mundo mágico. Empiezo el día leyendo El Universal, lo recibo todos los días porque colaboro en él, y siempre empiezo por la sección de espectáculos y la sección cultural, porque ya después encuentras todo el terror. Llega un momento en que si tú te clavas en ese mundo sientes pánico de salir a la calle. Estamos rodeados de fieras, este es un zoológico donde las fieras andan sueltas. Vivimos en un mundo terrible, de locos, las fieras andan sueltas en la calle, el zoológico abrió sus puertas.
¿Es la realidad sólo de México?
Yo, de alguna manera, sí creo en la frase de André Malraux, que dice: "El siglo XXI será religioso o no será", al final creo que sí tendremos que ver la salida. Hay dos grandes revoluciones que se tienen que realizar en el siglo XXI; una que ya se está manifestando claramente que es la revolución feminista. La revolución feminista nos va a cambiar brutalmente el mundo, sí, porque la liberación de la mujer va a ser algo que no sospechamos. La otra revolución es el mundo de la espiritualidad, que espero que de alguna manera llegue a trasminarse a esta pobre realidad terrible.
Foto: El Universal/EVZ
¿Le interesa la política? ¿Los políticos?
La política me da absolutamente terror, me da pánico. Estoy atento, pero como estoy atento a la página roja.
¿Y cómo mira este año electoral para México?
Soy muy escéptico por el loco que está en Estados Unidos. De alguna manera la locura se contagia. La locura es como una piedra en el agua que crea ondas y contagia a todo lo que está a su alrededor. Entonces, con ese loco allí, soy muy escéptico ante lo que pueda pasar. Con ese loco allí no puede haber nada bueno en el mundo en general, y en México menos.
¿Qué necesitaríamos en el país para contrarrestar esa locura, para enfrentarla?
Soy muy escéptico en ese sentido, creo que el daño ya nos lo está haciendo y que nos va a hacer más. Leí una encuesta según la cual el 40 por ciento de los norteamericanos cree que (Trump) no termina su período, pero el daño que ya nos hizo y que nos va a hacer ése no tiene remedio, toda locura destruye; se trataba de tener un mundo en el cual construir, no destruir.
¿Y México frente a todo el continente, más allá de Estados Unidos?
Hay un escepticismo enorme porque como decía mi amigo José Emilio Pacheco: "Se ve mal, pero se ve que se va a poner peor". La verdad es que siento un gran escepticismo frente a todo, también con respecto al proceso que vamos a vivir. Siento escepticismo, creo que viene una época difícil.
¿La tenemos muy complicada?
La tenemos muy complicada, mucho más a veces de lo que suponemos; pero aquí está la lucecita chiquita que es el arte. Por suerte todavía hay personas y comunidades donde todavía prende la llamita que de alguna manera nos permite ver otras cosas, tener esperanza en otras cosas. Porque en un cuarto oscuro tú prendes una vela e ilumina, pero si prendes más velas se agrega la luz, entonces con que hubiera esa llamita estaríamos del otro lado. Ojalá.
¿Pero ante la terrible realidad usted tiene la literatura y la religión?
Claro, reitero la frase de André Malraux de que "El siglo XXI será religioso o no será". A veces creo que más bien no será porque ya religioso no parece con los falsos profetas y con los que utilizan la religión como bandera política. Qué horror.
Yo por eso creo que un pintor, un poeta, un músico, un escritor, un cuentista, un novelista, de alguna manera nos abren una ventanita a algo más, y ese algo más es el otro mundo. ¡Qué aburrido si no! El otro mundo, cuando lo vislumbras y cuando lo supones, ya se vuelve un vicio, es una fuga como podría ser una droga.
Foto: El Universal/Alejandra Leyva/MAVC
¿Las fugas ascendentes y descendentes?
¿Sabes cuál es mi problema? Que creo en el mundo mágico. O sea, creo en todo lo mágico, lo único que me parece insoportable es la realidad real, esa me parece insoportable, todas las fugas son mejor. Claro hay fugas ascendentes y fugas descendentes.
Las fugas descendentes son las drogas, el alcohol, la política... Los que están clavados en la política viven en un mundo plano, horrible. Clávate en la política y será como sentir el desierto a tu alrededor. En cambio, hay fugas ascendentes como el arte, la literatura, la pintura, el espiritismo, el misticismo, la religión, la vida después de la vida. Entonces, ¿cómo lo vivo? Pues lo vivo leyendo a autores que tienen que ver con eso. Tengo un libro sobre Julio Cortázar, que es mi maestro, si alguien creía todo eso era él. La vez que lo vi y que le hice una entrevista me habló de fantasmas y de los muertos. Luego ya se preocupó mucho por la política y eso, la verdad, te confieso, me decepcionó.
Insisto, siempre tiene la religión, el misticismo, eso abunda en estos cuentos...
Bueno, es que me interesa todo lo que tiene que ver con el ocultismo, el espiritismo, el misticismo, la religión, y en este libro está muy concentrado todo eso, lo mágico, lo insospechado, lo que no calculas. Yo duermo poco, pero mal, entonces, íntimamente, estos cuentos son inseparables de mi vida cotidiana porque están hechos con el verdadero pavor de las pesadillas y del insomnio.
Ignacio solares, autor de Nen, la inútil y No hay tal lugar, a partir de una serie de entrevistas con diez individuos, escribe una crónica periodística sobre el descenso a los infiernos, los traumas emocionales y sociales que llevan y resultan del delirium tremens, así como los valientes esfuerzos para superar estos retos.
EDICIÓN CONMEMORATIVA
El problema del alcohol es que tienen todas las de ganar los demonios, ¿me entiende? Entra uno en contacto con los espíritus más negativos de este planeta. También es indudable que gracias a esos demonios es posible reconocer la contraparte, los ángeles que esperan nuestro regreso.
De acuerdo con la perspectiva médica, el delirium tremens es un estado alucinatorio derivado de una lesión cerebral, temporal o permanente, inducida por el abuso continuo del alcohol y la suspensión abrupta de su ingestión.
Muchos de quienes deliran ven al Diablo o se ven en el Infierno, pero hay quien luego del shock asevera, de modo sincero, totalmente lúcido y convincente, haber tenido conversaciones con Dios y atestiguado la existencia de otro mundo. Casos como estos plantean una disyuntiva: o bien el delirio es, como dicen los médicos, una depravación mental ante la que no hay más que sedar, vigilar o de plano amarrar a la víctima hasta que el delirio pase, o bien es una puerta a otros niveles de percepción y dimensiones que ni siquiera imaginamos en plena sobriedad.
Esta lectura es una experiencia fuerte para lectores abstemios, alcohólicos, AA, codependientes y de toda otra clase; las estadísticas del sector salud indican que en el promedio nacional hay al menos un caso de alcoholismo severo en cada familia.
RECONOCIDO
A lo largo de su trayectoria, y gracias a su amplia obra, Solares ha obtenido diversos reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares en 1996, el Premio Xavier Villaurrutia en 1998 por su novela El sitio, y en 2004 el Premio Mazatlán de Literatura. En 2008 recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez y en 2010 el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura.

