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INVESTIGACIÓN Y COLABORACIÓN

ZAIDE SEÁÑEZ MARTÍNEZ

Los académicos de la Ibero Torreón tuvimos la oportunidad de reflexionar acerca de la tarea investigativa, su propósito, alcance y líneas, y la importancia de que los proyectos de investigación generen nuevo conocimiento. El doctor Enrique Luengo del Iteso habló sobre la importancia de la interdisciplina, la transdisciplina y la complejidad en el trabajo de investigación académica.

El expositor describió cómo las distintas disciplinas han observado las ventajas de compartir sus teorías, métodos y conceptos. Esta colaboración inter y transdisciplinar genera aprendizajes y optimiza recursos, por lo que debería ser la forma de trabajar en los centros educativos, donde se forman los nuevos investigadores.

Explicó que la interdisciplina se caracteriza por entablar una relación de trabajo y diálogo recíproco entre dos o más disciplinas en torno a un mismo problema. Hay intercambio de métodos, conocimientos y teorías. Luengo (2017) la define "como un proceder para integrar diversas aportaciones conceptuales y metodológicas en busca de ofrecer una respuesta a un objeto, proceso o problema".

La transdisciplina, aunque también tiene como propósito entender un fenómeno u objeto, labora simultánea y transversalmente desde distintas perspectivas; trabaja como un sistema donde ninguna de las perspectivas es superior a la otra. Luengo opina que es un proceso que tiene como intención transformar la realidad al ofrecer alternativas de solución a un problema a partir de la colaboración de distintos haceres y saberes. Se ponen en común conceptos y métodos, y se construyen nuevas relaciones al interior de ese sistema de trabajo, del cual surge un nuevo conocimiento. La transdisciplina también está abierta a saberes no científicos, lo que enriquece las posibilidades de solución a los retos planteados.

La complejidad es un concepto cuyos rasgos principales se resumen en que no se requiere fijar una postura sobre un tema; por el contrario, exige flexibilizar el pensamiento para desaprender y aprender. La complejidad se enriquece de un pensamiento sistémico, en el cual el entorno es dinámico, por lo que es necesario estudiar el cambio y el papel que juega en el tiempo. Se pone énfasis en las interrelaciones, no en las jerarquías de las disciplinas que participan en el sistema.

Es a partir de ese dinamismo entre científicos y no científicos donde emana el conocimiento; los observadores se integran y funden con lo observado.

Promover y consolidar el trabajo colaborativo entre los académicos de cualquier institución ayudará a comprender de manera más sencilla la realidad confusa. La riqueza de esas interacciones humanas conlleva beneficios en la generación de conocimiento. Los académicos debemos trabajar de manera colaborativa, ya que esto tiene diversas ventajas, como la optimización del tiempo y de recursos así como una mayor producción de alternativas de solución a los complejos retos del entorno.

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