Consulta. Ante cualquier síntoma, es importante que se acuda a recibir atención médica. (ARCHIVO)
De cada 10 casos de personas con anorexia y bulimia, nueve son mujeres que tienen entre 12 y 25 años de edad.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señala que estos padecimientos que engloban la deshidratación, la anemia y la malnutrición, pueden llevar a la muerte.
Por los graves daños a la salud que causan estos trastornos de la conducta alimentaria, el Seguro Social atiende de manera integral con tratamiento médico, psicológico y nutricional a la derechohabiencia.
Leticia Flores Pérez Pasten, psiquiatra adscrita al área de hospitalización de la coordinación de Atención Integral en segundo nivel del IMSS, indicó que los pacientes con diagnóstico de trastorno alimenticio son atendidos en consulta externa y en caso de que los especialistas detecten que la persona puede atentar contra su vida, por sus condiciones de salud y psicológicas, es internada.
Agregó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, el 57 por ciento de los adolescentes enfermos pueden tener una vida normal con tratamiento médico, 40 por ciento tiene una cura total y tres por ciento fallece; la tasa de mortalidad fue de 5.9 por ciento para personas con anorexia y de 0.3 por ciento en el caso de bulimia.
Destacó que la anorexia y la bulimia se caracterizan por el temor en aumentar de peso y tener hambre durante todo el día, pero la principal diferencia es que las personas con anorexia tienen una pérdida significativa de peso al limitar o dejar de comer alimentos que consideran de alto valor calórico, toman medicamentos o diuréticos para eliminar líquidos y hacen ejercicio en exceso.
Por otro lado, quienes padecen bulimia, tienen deseos irresistibles de comer y lapsos en los que consumen grandes cantidades de comida en periodos cortos, y para contrarrestar el aumento de peso, eligen métodos como vómito auto provocado, abuso de laxantes, ayunos prolongados y consumo de fármacos que suprimen el apetito o que prometen bajar de peso.
El IMSS recomienda a los padres de familia estar atentos a cambios repentinos de conducta de sus hijos, especialmente los que pasan por la adolescencia, tales como obsesión por conseguir un cuerpo perfecto, aislarse de la compañía de familiares y amigos; pretextos para sentarse a la mesa a comer o hacerlo a escondidas; cambios de humor repentinos y baja de peso notoria.
Señaló que la falta de consumo calórico apropiado causa otras reacciones y síntomas como: intolerancia al frío, disminución en la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, deshidratación severa, cálculos renales, anemia, pérdida del esmalte dental y del tono muscular, sensación de desmayo y debilidad general, osteoporosis, anormalidad o atrofia de genitales y en las mujeres desaparece la menstruación.