ALMAS GEMELASALMAS GEMELAS
Una de las cosas más gratificantes es saber que en esta vida todavía hay cosas buenas que suceden y que por fortuna nos enteramos de cuando en cuando, que nos caen como un vaso de agua en un desierto… para mí es doble felicidad al saber que una de esas historias es acerca de una perra y su dueña.
Estamos siempre quejándonos por lo que no tenemos, por lo que no hemos ganado o por lo que podemos perder… imposibilitándonos para disfrutar lo que sí tenemos y no lo aquilatamos, sintiendo que es normal tenerlo, o que perderlo sólo les pasa a otros y a nosotros no.
Patricia García, una persona para mí admirable en muchos aspectos, vive sola y tiene problemas de salud con su corazón, su situación económica es bastante apretada, pues apenas tiene lo mínimo, no para vivir, sino más bien para sobrevivir, además es diabética y por tanto requiere de alimentos, medicamentos, cuidados constantes, y por lo tanto, ella sin hacer planes vive un día a la vez, según se vaya presentando sus continuos altibajos que ésta tiene, y como si todo lo anterior no fuera motivo suficiente para derrotarse ante la vida, ella es totalmente ciega.
Ella, Paty, adoptó una perra de la calle hace ya dos años, para no estar ni sentirse sola, y le puso por nombre "Thelma", a mí por su aspecto, color y tipo de piel se me hace que es una cruza de la raza Sharpei de tamaño mediano, ligeramente pasada de peso, después de los seis meses de tenerla fue esterilizada, para impedir en lo posible que no entrara en celo y no tuviera por tanto descendencia sin dueño. Conforme pasó el tiempo, la perrita y su dueña fueron conociéndose… y su empatía fue creciendo hasta hacerse una identificación total, al grado de ser emocionalmente dependiente una de la otra, pues necesitan cuando están juntas sentir el contacto físico y ni qué decir por las noches que la perra necesita estar tocando a Paty, para saber que ella está bien y no necesita nada, es una perra muy limpia, pues no rompe ni ensucia nada, pero estas cualidades son mínimas comparadas con el celo con el que la cuida de los extraños sospechosos y ni qué decir de cuando Paty se le ofrece algo de la tienda, pues ella le dice a su fiel perra: "ve a la casa de Maribel (una vecina) y dile que venga a hacerme el favor de comprar lo que necesito", o en otras ocasiones, "ve con tu tía Coco (una vecina que vive en la siguiente cuadra) y dile que estoy enferma para ver si puede venir a atenderme" y "Thelma" su perra va, le ladra y araña la puerta a la vecina hasta que alguien sale a ponerle atención.
En otras ocasiones que en la noche se ha puesto mal y que necesita inyectarse sus medicamentos, que ni siquiera tiene fuerza ni ánimo para ir por ellos al otro extremo de su recámara, le dice a su perra que los necesita y ésta le trae el bolso de los medicamentos de inmediato. Es muy gratificante saber y sentir que todavía existen muchas personas que sin ser nuestros familiares, como en este caso, los vecinos, se preocupan por sus semejantes sin esperar absolutamente nada a cambio, sin esperar alguna remuneración económica ni quedar bien con "alguien" que en el futuro nos pudiera echar la mano, sino sólo porque son gente buena y que tal vez sin tener recursos económicos de sobra, tienen un gran corazón y ayudan siempre con una sonrisa en la cara. Por otro lado, está la perrita "Thelma", que estuvo rodando por la vida hasta ser adoptada por Paty, como una moneda de diez centavos que encontramos en la calle que nadie aprecia ni levanta, pero que un buen día sirve para completar un peso.
Por esto yo les digo a todos que les deseo salud, que lo mejor en la vida no es el dinero, sino lo que llevamos adentro en nuestro corazón y que debemos compartirlo con nuestros seres queridos.
Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: EL CORAJE NO SIEMPRE RUGE, ALGUNAS VECES SÓLO ES UNA SILENCIOSA PERO PODEROSA VOZ INTERIOR QUE DICE: "MAÑANA LO VOLVERÁS A INTENTAR".
