Polémico. El debate sobre la exhumación de los restos de Francisco Franco (1892-1975) se ha trasladado también a la calle.
Cuarenta y tres años después de su muerte, la figura del dictador Francisco Franco se ha convertido en el centro del debate político y social en España, ante la posible exhumación de sus restos del Valle de los Caídos, el complejo monumental donde fue enterrado, promovida por el Gobierno del socialista Pedro Sánchez.
El Ejecutivo español inició antier viernes el proceso legal para llevar a cabo, "antes de final de año", la exhumación del dictador, quien ostentó el poder en España desde 1939, hasta su muerte en 1975. La fórmula elegida, un decreto que modifica la Ley de Memoria Histórica de 2007 con el que se quiere evitar eventuales recursos que la impidan, ha sido objeto de fuertes críticas por parte de los partidos más conservadores.
Mientras que el Gobierno, apoyado por el resto de formaciones de izquierda, considera que "no se puede perder ni un solo instante" para llevar a cabo la exhumación, ya que una democracia puede mantener a un dictador en una "tumba de Estado", el conservador Partido Popular y el liberal Ciudadanos, dudan de esa urgencia. También la familia Franco ha criticado la manera elegida por el Gobierno para llevar a cabo la exhumación, ya que cree que se quiere hacer "por las malas y, ya veremos si saltándose la legalidad", algo que es compartido por la Fundación que lleva el nombre del dictador, que califica el decreto de "inconstitucional y un fraude de ley".