La señora y el señor son gente mayor
"Ordene usted mi señor", así le dice el mayordomo al dueño de la casa, al mero jefe, al "patroncito". Así le decimos a quien es el propietario de algo, ese es el señor. En la película El Señor de los Anillos - supongo, porque no la vi - el tal señor es el dueño de los anillos… o quien sabe si sería el dueño, pero seguramente él los tenía en su poder, ¿o no?
"Demos gracias al Señor", y si se pregunta usted: ¿a cuál señor? Pues si lo escribo con mayúscula me refiero al Señor de señores: a Dios. Y bueno, es que Dios viene a ser el dueño de las cosas y entonces viene a ser el Señor, según lo dicen las diferentes religiones.
Cuando un padre y su hijo comparten el mismo nombre, los de habla inglesa los diferencian con las palabras senior para el papá y junior para el hijo. Así existen, por ejemplo: Donald senior y Donald junior, que se abrevian como sr. y jr., respectivamente. En español, también usamos estas distinciones, aunque para el hijo podemos decir: Juanito Pérez hijo o Juanito Pérez jr. De las dos formas, lo entenderemos igualmente.
Ya se imaginará usted que entonces la palabra "señor" viene de ahí, o sea, de senior, y tiene usted razón. Sin embargo, el inglés toma estas palabras del latín. Senior originalmente es "el que es más viejo", contrario a junior - que antes era juvenior - que significa: "el más joven". Pues lógico, ¿no?
Entonces, quedamos que el señor es el viejo, y de esa misma raíz, salen muchas palabras como: senectud, senado, senil y muchas más. ¿Y la señora? ¡Bien, gracias! Ah, perdón, usted me pregunta si es igual y le contesto: pues sí. Señora también significa "la más vieja", lo que obviamente molestará a algunas damas que nos les gusta eso de cumplir muchos años. Nuestra costumbre es llamarles "señoritas" a las solteras y "señoras" a las que ya se casaron, pero si un tipo no está muy seguro del estado civil de la dama, para no "regarla", mejor le dice "seño", o incluso con más cariño: "señito", así, en diminutivo, para que se escuche más bonito… aunque la verdad es que no se escucha bonito para nada.
"¡Este es un señorón!", le decimos - sobre todo en tierras norteñas - al hombre que se destaca, que sobresale en alguna cosa… y por supuesto, a las señoronas también. Mi esposa es "mi señora", y con eso no quiero decir que sea "mía, mía de mi propiedad", sino que así acostumbramos las parejas para referirnos a nuestra "media naranja": como "mi señor" y "mi señora".
Y hace un momento que mencionamos lo religioso, me faltó comentarle que también se usa la misma costumbre para las distintas advocaciones de las Vírgenes Santas. Así a la Virgen María le decimos: Nuestra Señora de Guadalupe, y también existe Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de Fátima y muchísimas más.
¡Señoraaaaa! No le quite años a su vida… canta Arjona en una de sus "poéticas" composiciones. Y aunque no me gusta este cantante, en este caso comparto su sentir.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios: donjuanrecaredo@gmail.com. Twitter: @donjuanrecaredo.
ME PREGUNTA:
Cristina Ibarra. ¿Cómo se dice, competencia o competición?
LE RESPONDO:
Puede usar cualquiera de las dos. Ambas se refieren a una contienda entre dos o más personas que aspiran a algo.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:
La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia.
Por: Columna póstuma de Juan Recaredo