La oreja de Van Gogh
La palabra oreja viene del latín auricula y formalmente se le llama "apéndice auricular", apéndice porque está adherida a nuestra cabeza y auricular porque es parte del aparato que nos sirve para captar sonidos.
Hay que "parar la oreja" cuando es necesario poner mucha atención en escuchar. Cuando ya es hora de dormir, decimos que es la hora de "planchar la oreja" y "enseñar la oreja" es mostrar bajos sentimientos o no portarse a la altura de las circunstancias. Coloquialmente, se le llama también oreja al individuo que espía a sus compañeros de trabajo para llevarle chismes y rumores al patrón.
Si hablamos de orejas, pensamos inmediatamente en el pintor holandés Vincent Van Gogh, que vivió en la segunda mitad del siglo XIX, un sujeto muy fecundo - pintó 900 cuadros y 1600 dibujos - pero también muy conflictivo.
A pesar de lo abundante de su obra, en toda su vida Van Gogh solamente vendió un cuadro que le compró su hermano Theo y eso por el afán de ayudarlo a resolver un poco su situación económica apremiante.
A los veinte años, viviendo en Londres, sufrió el primer rechazo amoroso, por lo que se volvió un tipo cada vez más solitario. Después de desempeñar varios trabajos, descubrió en la pintura su auténtica vocación a la que consideraba una vía para consolarse de todas sus desgracias.
En una ocasión, viviendo con Paul Gauguin, tuvieron una pelea y una versión de los hechos dice que Van Gogh, enajenado mentalmente, se cortó el lóbulo de una oreja y llevó la parte cortada hasta un burdel y se lo ofreció como regalo a una prostituta.
Después de varios arranques como éste, cuando los doctores ya lo consideraban plenamente curado, sumido en una profunda angustia, Vincent Van Gogh se disparó una bala en el pecho, acción que dos días más tarde le ocasionó la muerte.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios: donjuanrecaredo@gmail.com. Twitter: @donjuanrecaredo.
ME PREGUNTA:
Jaime Garza: ¿La palabra Méjico se puede escribir con J?
LE RESPONDO:
Sí. En ese caso, la X se pronuncia igual que la J.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:
Cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo a perderla.
Por: Columna póstuma de Juan Recaredo