El pitcher Francisco Campos tiene 45 años de edad. (Archivo)
Hace tiempo que el lanzador Francisco Campos decidió irse del beisbol profesional, pero tiene una cuenta pendiente por saldar que le ha impedido bajarse en definitiva de los montículos.
Arrancó la campaña 2018 con 195 victorias, así que postergó su partida hasta lograr la hazaña de las 200. A sus 45 años, las oportunidades son cada vez menos, ya abre pocas veces los juegos y como relevista todo es más difícil, pero ya sumó dos triunfos.
Ya son 25 años de trajín, casi el número de temporadas que ha defendido la franela de los Piratas de Campeche, quienes lo firmaron como catcher hasta que el destino lo convirtió en pitcher, rol con el que se ganó un mote especial, de "Pancho Ponches", gracias a sus más de dos mil abanicados desde la lomita.
Su recta ha perdido velocidad. Ya pinta canas y las nuevas generaciones lo ubican menos, "pero me siento competitivo y puedo seguir aportando, pero me quiero ir por la puerta grande. Ya estoy convencido y complacido por lo que me ha dado y por lo que le he dado al beisbol. Le he entregado la vida al beisbol, le he dado todo".
Ganó todo lo que desde el montículo se puede lograr, salvo lanzar un juego perfecto. Está listo para decir adiós, pero tiene algo por hacer aún. "Me faltaba el "Retorno del Año" y ya me lo dieron, tengo un juego sin hit ni carrera, otro sin hit ni carrera combinado, fui campeón de ponches, gané la Triple Corona, campeón de porcentaje de efectividad, Jugador Más Valioso, Pitcher del Año, campeón de innings lanzados en una temporada, de blanqueadas", presume.
Así que ha sido testigo de los avances que la pelota caliente ha sufrido, "el beisbol en la LMB se ha encargado de invertir en cuidarnos. Ahora nos hacen doping, están detrás de nosotros. Todo ha evolucionado y hay muchos prospectos mexicanos que pueden llegar al beisbol mundial".
Recuerda que se trata de rescatar a la afición, "no va al estadio, pero eso ha sido toda la vida. Si el equipo gana, la gente va al estadio; si pierde, no va. Con un equipo competitivo los fanáticos están. Nadie paga por ir a vernos perder", remató el experimentado lanzador.