El caminante se acercó a Hu-Ssong, que estaba sentado a la orilla del camino. Hu-Ssong no había recorrido jamás camino alguno, pero los conocía todos porque leía mucho
-Dime -le preguntó el hombre- ¿voy bien por este camino?
Hu-Ssong guardó silencio. Sabía que a veces el silencio no es oro, sino cobre, pero en esta ocasión guardó silencio, porque a menudo el silencio sabio es la mejor respuesta a una pregunta necia.
Así, el caminante le volvió a preguntar:
-¿Voy bien por este camino?
Hu-Ssong entonces lo interrogó a su vez:
-¿A dónde vas?
Replicó el otro:
-No lo sé.
Y dijo entonces Hu-Ssong:
-Si no sabes a dónde vas puedes tomar cualquier camino. Todos te llevarán a donde no sabes.
¡Hasta mañana!...