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Se observa una tendencia al alza en el nacimiento de niños prematuros. El parto pretérmino o venir a este mundo al cabo de 40 semanas pero con un crecimiento intrauterino menor del esperado incide en que el desarrollo neuronal no sea el adecuado.
El uso de celulares e iPads está influyendo en el desarrollo infantil y conduce a alteraciones como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el espectro autista, trastornos de coordinación motriz y del lenguaje, afirmó el doctor Eduardo Barragán Pérez.
El especialista estima que estos desajustes del biodesarrollo asociados al manejo de aparatos electrónicos y nuevas tecnologías afectan a entre el 10 y el 15 por ciento de la población infantil en México y Latinoamérica.
También jefe de neurología del Hospital Pediátrico Infantil de México Federico Gómez (HIMFG), Barragán Pérez indicó que aunque algunos padres piensan que los dispositivos inalámbricos estimulan el desarrollo del lenguaje, en realidad "pueden frenarlo".
El uso frecuente de videojuegos, por ejemplo, llega a incrementar en los niños procesos de ansiedad o bien consigue modificar o alterar las funciones ejecutivas y la memoria de trabajo.
"Los videojuegos promueven que el individuo requiera de una retroalimentación muy rápida. Y cuando estudian en el colegio con métodos más tradicionales, donde no hay esa retroalimentación rápida, se generan problemas de atención e hiperactividad", apuntó.
De preferencia, recomendó el experto, los equipos tecnológicos deben evitarse en los primeros dos años de vida de una persona, y de ser necesario emplearlos, se debe hacer un uso razonable.
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Que los niños hoy día estén más apegados a estas tecnologías, expuso Barragán, se debe a que "por un lado, las madres tienen la oportunidad de crecer y desempeñar múltiples trabajos, pero eso no les permite tener tiempo en casa y utilizan los dispositivos para atender a los niños".
La falta de información, la comercialización y la publicidad de los fabricantes, señaló, han hecho creer que embarcarse en juegos electrónicos de destreza "es más favorecedor que pasar media hora jugando con bloques".
FACTORES
Entre la gama de problemas neurológicos que pueden padecer los infantes, la parálisis cerebral y la epilepsia afectan, se estima, al 3 por ciento de la niñez en México.
El neurólogo comentó que también se observa una tendencia al alza en el nacimiento de niños prematuros. El parto pretérmino o venir a este mundo al cabo de 40 semanas pero con un crecimiento intrauterino menor del esperado incide en que el desarrollo neuronal no sea el adecuado.
Hoy día, expuso, hasta 15 millones de pequeños nacen con un peso por debajo del conveniente o son alumbrados sin que haya transcurrido el tiempo de gestación adecuado.
“Hay que entender cuáles deben ser los abordajes para la atención a estos pacientes y que la prematuridad no dura para siempre, hay que hacer intervenciones tempranas para ayudarles a conseguir el buen desarrollo", aseveró.
Barragán llamó a la comunidad médica a colaborar en el diseño y la puesta en marcha de estrategias educativas y preventivas contra el impacto que puede tener la tecnología en el desarrollo infantil. El marco de este llamado fue un Congreso de Neuropediatría realizado en la Ciudad de México.
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En su intervención destacó que padres y maestros son pilares importantes en la formación de los pequeños y, ante el avance de las nuevas tecnologías, se vuelve indispensable “actualizar temas importantes como los procesos de neurodesarrollo”.
CITA
El encuentro de neurólogos, realizado en los primeros días de agosto, tuvo entre sus objetivos proveer a médicos de primer contacto y a padres de familia información sobre avances diagnósticos y terapéuticos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los aquejados y en materia de alternativas terapéuticas.
Los trastornos del biodesarrollo también deben tenerse en cuenta para el caso de los adolescentes, un grupo de edad al que, indicó Barragán Pérez, "olvidamos frecuentemente, pero se enfrenta más temprano al consumo de alcohol, tabaco y drogas".
La idea es ayudar a los progenitores a tener bases y promover una crianza más saludable porque a veces el proceso formativo "genera angustia, culpabilidad".
Exaltó la importancia tanto del diagnóstico oportuno de los males de corte neurológico como de la capacitación por parte de los profesionales de la salud. Otro punto necesario, señaló, es tener claros los consensos de los neurocientíficos latinoamericanos en torno a diversos males, como la epilepsia, y sobre el neurodesarrollo.
Lo ideal es que todo el grupo que influye en el desarrollo y cuidado de los niños se compenetre y comparta información que redunde en un adecuado crecimiento.
"Tenemos que dar a conocer las medidas diagnósticas vanguardistas. Si el pediatra no está actualizado, difícilmente podrá diagnosticar de manera oportuna", explicó.
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CUÁNDO ACUDIR
Ser niño prematuro es apenas una de las razones que llevan a un pequeño al área de especialistas en las funciones del sistema nervioso.
Es indispensable acudir a consulta cuando el infante sufrió al nacer problemas como convulsiones neonatales, parálisis braquial o facial, apneas o infecciones congénitas.
Otro signo que reclama atención es algún retraso en su desarrollo psicomotor, cosas como no sujetar objetos a los tres meses de vida, no ser capaz de sentarse si ha llegado al medio año, o no caminar cuando ya tiene 14 meses.
Más síntomas que ameritan el médico parecer son: no establecer un patrón de sueño apropiado, mostrar dificultad para contactar o bien para establecer lazos afectivos, así como las señales de retraso de lenguaje: vocabulario escaso, mala pronunciación, dificultad en la comprensión de órdenes.
La neurología enfocada a los primeros años ayuda a la hora de lidiar con males como epilepsia, trastornos del sueño, cefaleas, enfermedades neuromusculares y cerebrovasculares.
También se inscriben en esta área temas de desarrollo psicomotor y del lenguaje, dificultades de aprendizaje y la neurorehabilitación.
El neurólogo infantil ideal combina la experiencia para diagnosticar con la comprensión adecuada para tratar los desajustes del sistema nervioso siempre teniendo en cuenta las necesidades del niño y su familia.
