Se conoce como ciclo hidrológico al proceso natural de evaporación, condensación, traslado de nubes, lluvia y escurrimiento del agua, que se inicia en el mar y concluye retornando a su origen o se almacena en embalses interiores del continente, siguiendo un patrón recurrente.
Este proceso tiene algunas variantes entre cuencas hidrólógicas y en el interior de las mismas, dependiendo de las características geográficas y climatológicas de cada región, las cuales se pueden observar en la cuenca del río Nazas. El ciclo hidrólógico en cada región se repite cada año, aunque con diferencias en tiempos y magnitudes.
En el valle de la Comarca Lagunera ubicada en la parte baja de la cuenca del río Nazas, la precipitación pluvial media es de 240 milímetros (mm) o 0.24m por año y la evaporación es de 2,400mm o 2.4m por año, sin embargo, en la cuenca alta del río Nazas la lluvia en promedio es de 660mm o 0.66m por año y la evaporación de 1,200mm o 1.2m por año.
Por lo tanto, las aportaciones de agua más importantes se originan en la cuenca alta, aún cuando se produzca una reducida cantidad de agua en la cuenca baja.
Estamos actualmente en la época de estiaje entre noviembre y junio, cuando ocurre muy poca o nula precipitación durante las temporadas de invierno y primavera. Aun cuando puede haber lluvias aisladas y de baja cuantía, las aportaciones de agua son mínimas.
Este año se espera al final de este ciclo de riego agrícola un almacenamiento en la presa Lázaro Cárdenas (El Palmito) de 2,050 millones de metros cúbicos (Mm3) y las probables aportaciones de escurrimientos en el río Nazas en la época de lluvias, entre agosto, septiembre y octubre, se prevé que sean de 1,200 Mm3, por lo que el almacenamiento podría ascender a 3,250 Mm3, que corresponde al 97% del nivel superior de las compuertas radiales cerradas del vertedor de demasías, equivalente al 110% del Nivel de Aguas Mexicanas Ordinarias (NAMO).
En otras palabras, de ocurrir este supuesto se volvería a llenar la presa y se tendrían que desfogar los volúmenes excedentes según las condiciones meteorológicas en el océano Pacífico, con la consecuente avenida extraordinaria en el cauce del río Nazas.
Algunas personas podrían pensar que esta situación favorable de abundancia de agua en la cuenca del río Nazas se debe al cambio climático global, sin embargo, los registros históricos de escurrimientos en el río Nazas no indican una tendencia a aumentar o disminuir en el largo plazo. Dichos registros muestran una mayor cantidad de períodos de lluvias en la cuenca alta en comparación con los períodos de sequía, los cuales si bien son pocos también ocurren, aunque aislados y espaciados temporalmente.