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RECORDANDO A ESCRITORES DE COAHUILA Y ZACATECAS. No. 36RECORDANDO A ESCRITORES DE COAHUILA Y ZACATECAS. No. 36

El Dr. Joaquín del Valle escribió un artículo publicado en la Revista "Nuevo Cauce" de octubre de 1966, titulado CARLOS ALBORES CULEBRO, que apareció en el número 4 de la revista mencionada, como sigue:

"Esta noche hemos sido convocados por un sentimiento que nos une y que nos identifica cordialmente; todos los presentes hemos querido manifestar el afecto al amigo y el reconocimiento al médico que hoy llega a los 25 años de activo y fructífero ejercicio profesional".

"Pero en esta fecha en la que hallamos a nuestro justo homenajeado en pleno triunfo y con vigorosa madurez, es grato recordar brevemente, aunque en forma indocta, los momentos culminantes de esta vida que ha sido de constante esfuerzo y de un afán de superación".

"Nació el Dr. Albores el 29 de mayo de 1903, en una lejana ciudad en la que el amplio paisaje tropical, en que el horizonte lejano embulle en el individuo alegría y amplitud de visión: en Comitán de las Flores, Chiapas, cuyas frondosas arboledas y lagos azules, dan al nativo la sensación de lo bello y ejemplifican en la naturaleza la fuerza creadora".

Sus padres, el Señor Arnulfo Albores y la Señora Eloísa Culebro, eran propietarios de una botica fundada en 1840 por sus familiares. Esta relación con la medicina, hizo que el hijo Carlos entrara como meritorio, a los 12 años, al Hospital "María Ignacia Gandulfo", nombrado así en honor de una señora que cedió cien mil pesos (de los de entonces), para que se estableciera un sanatorio "para los pobres y los viajeros", según rezaba la disposición póstuma, y que han permanecido hasta la fecha, - hospital y capital -, insólitamente manejados ambos por autoridades oficiales. Pues bien, en ese pequeño hospital, el joven Carlos era el encargado de hervir la ropa en botes para las operaciones que allí se realizaban y que sin duda hicieron despertar en él la especialidad que profesa; sus estudios primarios los cursó en la Escuela de Don Mariano Ruiz, nombre que para los odontólogos es familiar, ya que fue el primero que a base de observación y de empirismo, pudo escribir en la República el primer libro sobre problemas de la Odontología, en que campean conceptos excelentes para su tiempo.

"Sorteados algunos problemas propios de la época revolucionaria, fue enviado a la Escuela Nacional Preparatoria, cuyos estudios cursó en tres años. Eran los tiempos en que la augusta escuela se escuchaban las celebres clases de Lógica del Doctor Antonio Caso, de Biología de Ochoterna, de Ética del maestro Lombardo, para no citar sino algunos de los nombres que brillaron desde esos años, desde ese entonces ya latían en él sus aficiones periodísticas, pues al lado de Renato Leduc, Salvador Azuela y Pepe Valenzuela, editaba una hojita literaria llamada 'ARIEL'. En aquellos tiempos, las cartas que traían la mesada paterna tardaban, por los escollos revolucionarios, tres o cuatro meses en traer de Chiapas el dinero (cuando lo traían), por que lo que hubo de dedicarse a una ocupación que, aunque poco lucrativa, era hasta cierto punto piadosa: Vendía estearina a los comerciantes en velas de los puestos circundantes a la Basílica de Guadalupe".

"Terminada la preparatoria en 1921, ingresó, en enero de 1922, a la Escuela Médico Militar, en donde, el año siguiente, su afición a toda la vida, lo llevó a editar un periódico mensual estudiantil, que debería de aparecer normalmente hasta 1927. El nombre que fue dado a la publicación es todo un símbolo para su editor, la denominó: Juchipús. Veamos por que ese título: existen cerca de Comitán, pequeñas islas de dos grandes lagos, habitadas por indios descendientes de los mayas, en los que su actitud contemplativa y triste hacen que el saludo habitual sea: 'JASIU-MA-JUCHIPUS', que en la lengua tzeltzel significa: 'En qué piensas, soñador'; pues bien, el nombre que adoptara el estudiante Albores para su periódico, ha de significar tanto para su estimación de la provincia entonces alejada y para su espíritu idealista que puede considerarse, por eso lo dijimos hace un momento, un símbolo para nuestro homenajeado: 'JUCHIPUS, soñador', y así fue conocido él mismo por sus amigos estudiantes".

"...En esa misma época, 1925, es designado presidente de la Sociedad de alumnos de la Escuela Médico Militar y todavía tiene tiempo para editar otra revista, ésta ya de carácter científico: CIENCIAS MÉDICAS, órgano oficial del Cuerpo Médico Militar. Así también en el último año de su carrera, publicó el Boletín del Sanatorio del Doctor Donato Moreno...".

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