Propuesta. Algunos de los participantes propusieron la creación de un Pontificio Consejo que se ocupe de asuntos juveniles.
En la tercera jornada del Sínodo de los Obispos, una cumbre mundial convocada por el Papa para abordar los desafíos de la juventud en la actualidad, uno de los participantes pidió perdón públicamente por los abusos sexuales y otras fallas de los miembros de la Iglesia. Ante la presencia de Francisco y los 267 "padres sinodales" que toman parte en el encuentro en el Aula Nueva del Sínodo, el arzobispo de Sydney, Anthony Fisher, pronunció un "mea culpa" por los errores propios y ajenos.
"Quiero pedir perdón a los jóvenes por los hechos vergonzosos que algunos sacerdotes, religiosos y laicos, han perpetrado en vosotros u otros jóvenes como vosotros, con el terrible daño causado", dijo ante el pleno. "(Perdón) por la actuación de demasiados obispos y otros responsables a la hora de no responder adecuadamente, cuando se identificaron los abusos, y a la hora de hacer todo lo posible para manteneros a salvo; y por el daño hecho a la credibilidad de la Iglesia: me disculpo".