NADIE VOTÓ POR AMLONADIE VOTÓ POR AMLO
Siendo sinceros, el tabasqueño nunca ha sido por sí mismo suficiente motivo para votar por él. No es el caso mostrar la larga lista de defectos de que adolece. Los electores sabían y eligieron lo que no querían, más que lo que querían. Montado en la cabalgadura de la decepción y el enojo, enarboló la bandera del cambio prometiendo las perlas de la Virgen a diestra y siniestra, endulzando los oídos a todos con diversos y hasta contradictorios sones, que ya están desentonando aún antes de tomar posesión, desdiciéndose de sus promesas, por motivos variados como pudiera ser pactos de impunidad, de irracionalidad o de irrealidad.
El poder concentrado en una persona es muy peligroso; no en vano la organización del Estado divide los poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Pero con el control hegemónico del próximo presidente de la República, es necesario un contrapeso que venga de la sociedad civil organizada, para hacerle sentir que no hemos votado por su capacidad de batear arriba de 300%, ni por que nos guste la agenda de ideología de género que quiere implantarse en México. De hecho, el próximo 20 de octubre, el pueblo mexicano se manifestará en todo el país por medio de una marcha nacional para pedir que se detengan las iniciativas que pretenden legalizar el aborto, la eutanasia y la Ideología de género.
La elección de un presidente tan limitado y a la vez tan poderoso, exige por parte de nosotros ser el contrapeso que controle ese poder desde la protesta y la participación. El próximo presidente no trae un varita mágica y va a requerir de nuestra participación activa, para que logre la transformación que la población le exige y espera.
Pero el presidente que hemos elegido y sus colaboradores se han declarado favorables a leyes anti vida, no obstante que en la campaña nunca se manifestó expresamente que fuera ésta la intención. Al contrario, se guardó bien de declarase expresamente en contra de la vida, sabiendo los valores que conforman a nuestra Patria. Pero ahora han declarado como prioritaria la legislación a favor del aborto, cuando la mayoría de la población no está de acuerdo en esos temas. Las principales demandas contra la violencia, la corrupción, la impunidad y la injusta distribución de las riquezas, están dejándose de lado por su dificultad para aplicarlas, cediendo a las presiones internacionales y nacionales a favor del aborto y demás acciones en este sentido.
Si la población no participa para construir su esperanza, que la animó a votar por un cambio, éste no podrá ser una realidad. Los poderes nacionales y extranjeros sólo podrán ser controlados si el pueblo hace sentir su fuerza, para manifestar el cambio que en realidad desea; las debilidades de un presidente rodeado de poderosas fuerzas anti vida, requieren de un pueblo que haga sentir su voz, para definir con claridad cuales son sus exigencias y para rechazar las políticas que no coinciden con la voluntad del pueblo.
Un ejemplo de inercias que impiden actuar para mejorar a la población es el retraso en la implementación del servicio de transporte urbano en La Laguna. Siendo una promesa de campaña por parte del presidente en funciones, tuvo un lastre muy grande de parte de intereses locales que no permitieron el "metrobús", no obstante estar aprobado desde el inicio y haber tenido los recursos necesarios para su construcción y funcionamiento. El desinterés por parte de la población, resignada a tener un pésimo servicio de transporte urbano, nunca tuvo ninguna iniciativa para presionar a los concesionarios y al gobierno para implementar este servicio como debería de ser. Ahora, se están haciendo al vapor estudios y consultas en las que siguen predominando los intereses de unos cuantos en detrimento de la población en general.
Definitivamente, la participación de la sociedad es ahora más necesaria que nunca para manifestar y apoyar las acciones que le favorezcan y rechazar con fuerza las que le dañan como sociedad. El presidente por el que no votamos y mucho menos los legisladores que se subieron al caballo del ganador sin tener los méritos necesarios, necesitan saber que son servidores de un pueblo que optó en las urnas por la liberación de la violencia, la corrupción y la impunidad, como problemáticas fundamentales para las que fueron elegidos. El gobierno debe dejar al margen de su agenda lo que no es prioritario para el país. Si, por el contrario, se insiste en legislar contra la familia cediendo a presiones nacionales e internacionales, sólo dividirán a la población y la distraerán de los verdaderos problemas para los que se necesita toda una acción conjunta.
La marcha nacional convocada para el 20 de octubre en todo el país, tiene entre sus finalidades llamar a los legisladores a desistir de acciones contra la vida y la familia, pero también es un ofrecimiento de colaboración mutua para implementar las políticas públicas necesarias para mejorar los grandes problemas nacionales.
Las limitaciones del gobierno actual y del que está por iniciar, necesitan ver la fuerza de la sociedad organizada. La transformación del país sólo podrá venir si todos participamos.
