EL 2 DE OCTUBRE DEL 68' Y LOS JÓVENES DE HOYEL 2 DE OCTUBRE DEL 68' Y LOS JÓVENES DE HOY
Es cierto que el 2 de octubre de 1968 no se olvida. No se debe olvidar la historia, porque si lo hacemos, estamos condenados a repetir los mismos errores. Muchos que saben que México carece de esa memoria histórica, aprovechan esa ignorancia para repetir una y otra vez las fechorías, fomentando la ignorancia como uno más de los medios para el control de las masas; un pueblo que no piensa es más fácilmente manipulable. Si la reforma educativa deja mucho que desear, es porque una renovación en profundidad no sería conveniente para un sistema que vive precisamente de la falta de sentido crítico y de la ignorancia. Un político bien intencionado, se quejaba decepcionado, porque después de haber trabajado mucho durante tres años, bastaron sólo tres meses de campaña fuerte de sus contrincantes, para que los electores olvidaran el mal de años anteriores. La memoria se descubre entonces como un elemento que necesita la sociedad para poder corregir y mejorar.
Hacer memoria del 2 de octubre haciendo comparaciones con la juventud actual y reclamándosele falta de compromisos, de ideologías, de organización, de altruismo, es un juicio injusto. La profunda transformación acaecida en sólo 50 años es mucho mayor que lo que normalmente sucede en medio siglo. El mundo ha cambiado de tal manera que los jóvenes de hoy son una realidad totalmente nueva; los cambios realizados en medio siglo, sólo son comparables a los que se dieron del paleolítico al neolítico, de la edad de piedra a la invención de la escritura, de la Edad Media a la invención del libro. Si la cultura es la manera que tiene una sociedad de construir un tipo de hombre, usando para ello todos los elementos con los que cuenta: sistemas educativos, leyes, costumbres, religión, medios de comunicación… es entonces muy diferente el tipo de hombre que surgirá, cuando son precisamente todas estas estructuras que lo "hacen", las que han sido totalmente transformadas. El cambio cultural es radical. Cada una tiene su historia. Comparar la generación del 68' con la generación actual es impensable hoy menos que otros tiempos. Mucho menos podemos pedir a los jóvenes de hoy que sean extemporáneos; "retro". Que tengan caracaterística de una época pasada.
¿Qué es lo que le corresponde hacer al joven de hoy? Reinventar todo: el mundo ha cambiado de tal modo, que no le queda sino diseñar cosas tan fundamentales como una manera nueva de compartir, nuevas instituciones, nuevas maneras de ser y de conocer. No es que la esencia del hombre haya cambiado, pero ha quedado tan desprovista de estructuras de expresión de humanidad, que tendrá que reconstruir nuevas, y con ellas abrirse como hace el águila que se renueva totalmente destruyendo en sí misma sus elementos dañados por el tiempo, para poder volar de nuevo una vez que sus alas, picos y garras, han resurgido nuevamente después de un doloroso desprendimiento.
En la evolución del hombre, fue fundamental el cambio en el uso del dedo pulgar que, al oponerse a los otros cuatro, creó también nuevas estructuras mentales para la utilización de herramientas. El dedo pulgar en la juventud actual, ha tomado también gran importancia evolutiva, pues al utilizarlo en los celulares de pequeñas dimensiones con tal capacidad para conectarse con el mundo, crea un cambio en el desarrollo del pensamiento. Esta capacidad de enviar texto y comunicarse a gran velocidad sólo con los pulgares, de acceder a la comunicación con el mundo, de situarse por un GPS, de interrelacionarse de manera diversa, de acceder al inmenso mundo del conocimiento en la red, crea en la generación actual una estructura mental nueva; una nueva generación que el filósofo contemporáneo Michel Serrés, bautizó con el nombre de pulgarcita, "petite pousette" (ed. Pommier, 2012). La construcción del nuevo hombre no es sólo el regreso a una romántica juventud del 68', por más que haya sido maravillosa, al menos para algunos. Estos pulgarcitos y pulgarcitas, aparentemente encerrados en un aparato, están naciendo, haciéndose desde el pulgar.
El nuevo hombre ya no tiene la misma relación con el mundo, no tiene ya la misma vida de actividad física, su mundo está lleno demográficamente hablando, la edad tiene una duración diversa, entienden diferente el matrimonio, la pertenencia a un grupo, el concepto de nación. Incluso, aunque le llamen igual, significan totalmente otra cosa. No conocieron la guerra cristera ni la revolución, gozan ahora de la medicina y tiene analgésicos y anestésico. Es una generación que sufre menos. No tienen ya el mismo cuerpo ni la misma conducta. Nacimiento programado, aumento del promedio de vida, la edad de ser padres es mayor, aumentando la distancia entre generaciones, para más de la mitad sus papás están divorciados, la multiculturalidad es cada vez más una realidad, no viven el mismo tiempo ni la misma historia. Están formados por los medios de comunicación dirigidos por los adultos y les han reducido su capacidad de atención. En ellos, la muerte y los cadáveres son las imágenes más repetidas, Wikipedia y Facebook no mueven las mismas neuronas ni las mismas zonas corticales que el uso de un libro, pluma y cuaderno, manipulan mucha información al mismo tiempo, ya no conocen, ni integran, ni sintetizan como sus antecesores, pueden acceder a todos los lugares y personas con el teléfono y sus referencias espaciales son diversas; por tanto, tampoco habitan en mismo espacio. Son diferentes. "Sin darnos cuenta un nuevo humano ha nacido en el intervalo que nos separa de 1968. Él o ella ya no tienen el mismo cuerpo y la misma esperanza de vida, ni se comunica ya de la misma manera, ni vive el mismo mundo, ni la misma naturaleza, ni el mismo espacio. Conoce de otra manera, vive de otra manera, muere de otra manera" (O. cit. p. 16).
Este "pulgarcito ha nacido desnudo, pero tiene la capacidad de revestirse de gala, de inventar relaciones menos destructivas, de buscar y construir en base a la esencia del ser humano. No se construye a sí mismo de la nada, sino de lo más íntimo de sí mismo toma el modelo de lo que debe ser él; el proyecto arquitectónico a desarrollar. La propuesta actual se proyecta a una importancia mucho mayor: la construcción de este nuevo hombre. Pero todo depende de lo que desee llamar "hombre": alienado o libre. La colaboración entre generaciones es una utopía fundamental para poner en obra la nueva humanidad. La transmisión del saber, no como conocimiento, sino como sabiduría, ahora es una realidad que puede llegar a todos. Más distribuida y accesible no podrá ser detenida por quienes quieren manipular en base a la ignorancia. Las aulas se han abierto más allá de las escuelas y las relaciones se han abierto a todos y en todo lugar. Todo está por inventar y me alegro de poder acompañar a estos pulgarcitos y pulgarcitas a la creación del nuevo hombre que puede ser maravilloso, porque siempre ha sido maravilloso. Lo fue en el 68' y lo es ahora. Asistamos y apoyemos amorosamente el nacimiento de estos amados "pulgarcitos" y "pulgarcitas".