Debido a que el proyecto de la planta tratadora de aguas residuales se estableció en una zona en la que le es difícil operar, las aguas negras de la cabecera municipal de Pueblo Nuevo se vierten en el arroyo del Salto.
El alcalde, José Encarnación Luján Soto explicó que dicha planta fue un proyecto de varias administraciones municipales atrás.
Según reportes, la planta se diseñó para procesar 60 litros por segundo durante los siguientes 20 años; el costo total sería de 16 millones de pesos, de los cuales la Federación aportó el 50 por ciento, en tanto que el Estado y el Municipio pusieron el 25 por ciento cada uno.