Indagan. Las autoridades no señalaron de inmediato si es que Conditt actuó solo en las cinco explosiones en la capital de Texas. (AP)
Mientras el equipo especial de la policía lo cercaba, el sospechoso de los ataques con explosivos que aterrorizaron a Austin durante tres semanas utilizó uno de sus dispositivos para hacerse estallar. Sin embargo, la policía advirtió que pudo haber dejado más bombas antes de morir, por lo que pidió a la ciudad mantenerse en alerta.
Mark Anthony Conditt, un desempleado que había abandonado sus estudios universitarios, fue rastreado por medio de videos de vigilancia de una tienda, señales de teléfono celular y relatos de testigos que describieron a un cliente de aspecto extraño que hacía sus compras disfrazado, con una peluca rubia y guantes. Sus motivos siguen siendo un misterio. La policía finalmente ubicó al sospechoso de 23 años en un hotel de un suburbio al norte de Austin. Los agentes se prepararon para realizar el arresto, y una vez que la camioneta del sospechoso se movilizó, lo siguieron. El vehículo de Conditt cayó a una zanja al lado del camino y fue entonces que detonó el explosivo.