La mexicana Samantha Terán se mantendrá en el Tour Mundial.
La primera ocasión que Samantha Terán salió de una cancha de squash después de jugar, se prometió que la derrota no sería una constante en su vida y cumplió. La capitalina se convirtió ayer en la mexicana con más medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe rebasando a la gimnasta tapatía Cynthia Valdez.
Terán obtuvo la presea dorada por equipos en squash, para llegar a 15 en su carrera centroamericana que inició en San Salvador 2002.
A lo largo de su trayectoria en las justas del área, la squashista logró que el himno nacional mexicano fuera una exclusiva al término de sus pruebas.
"Estoy muy contenta, el récord es importante, pero lo que de verdad me llena de orgullo es que mi deporte acapare los reflectores y cada vez más personas volteen a verlo no sólo como espectáculo sino como una actividad.
"Creo que las nuevas generaciones necesitan mucho apoyo y este tipo de logros van a conseguirlo", declaró Terán vía telefónica desde Cali, subsede de los Juegos.
Samantha llegó a Colombia con 13 medallas doradas. Sumó la decimocuarta al dominar la prueba individual y se quedó con la plata en dobles femeninos.
"Mucha gente me pregunta si no me frustró no ganar oro en dobles y la verdad es que al contrario. Es una medalla que llena de orgullo porque no somos especialistas y perdimos con las colombianas, que se abocan a esa modalidad".
Terán hizo mancuerna con Dina Anguiano de 16 años de edad, a quien la capitalina ve como su sucesora.
"Me identifico mucho con Dina. La medalla con ella tiene mucho valor y simbolismo, porque representa la vieja escuela y la nueva generación del squash.
"Mi primera participación en un torneo importante fue a la edad de Dina". El decimoquinto metal áureo finalmente llegó para la capitalina, por equipos femenil. "La vida me da la oportunidad de disfrutar este logro.
"Fue al término de Veracruz 2014 cuando me avisaron que me acercaba a la marca de más medallas de oro. La verdad en ese momento lo veía muy lejano, porque cuatro años para un atleta es mucho tiempo.
